México, corporación Alth Bondoni.
Como era de esperarse, él hlmvre que estaba detrás de ese escritorio lucía terrible, una migraña que azotaba con romperle la cabeza en cualquier momento, lo único que le tranquilizaba de cierta manera era saber que le día de hoy era viernes, por fin.
— ¿Señor Bondoni? - decia la voz de su secretaria a través de la contestadora. Era una chica linda, amable y trabajadora. En los años que llevaba en la empresa se había convertido en su mano derecha y no sólo en eso, también una gran amiga, a la cual recurría cuando se sentía muy devastado. Cualquiera creería que él ojismarron podría ser le infiel a su amada esposa, pero la verdad era que él parecía demasiado culposo como para soportar la carga de la mentira y no es como si deseara engañar a Paola, mucho menos con Verónica su secretaria.
Él estaba felizmente casado. Feliz en su estado emocional. Si... feliz.
— Dime Vero.. - respondía para ponerse de pie i guardae los últimos documentos en su maletín.
— Me ha llamado él señor Marcelo, se que lo odia, pero me ha pedido enloquecidamente que le recordara la reunión de mañana a eso de las nueve - verónica pronunciaba con cierta condolencia dicho recado. Sabia que Marcelo era un sujeto tirano que ponía de un genio insostenible a su querido jefe.
— Si, lo tengo en mente, gracias por recordarlo de todas maneras, vero...- Joaquín dejo soltar él aire - ¿algo más?.
— Si, ha llamado su abogado y dice que esta ansioso de hablar con usted lo antes posible, y amh.. mencionó que venia en camino con dos ejecutivos y que, por favor fuera conciso en cuanto a la plantilla.
— ¿Que planilla? - preguntó Joaquín casi ahogándose en su propia saliva.
— ¿Es broma? - articuló Verónica - lo siento, eso sonó grosero, pero... es la plantilla del balance mensual de la empresa... y él abogado necesita verlos par mostrarle a los ejecutivos que estamos avanzando cada vez mejor... con claridad y transparencia - recordaba Vero y Joaquín sintió palidecer.
— Dios, lo he olvidado, jodidamebte lo he olvidado...- Joaquín comenzó a transpirar. Había olvidado él maldito balance, claridad que había tenido tiempo, su esposa era una diseñadora progecional y le habia insistido tanto en ir a ese desfile que lo dejo sin tiempo, sin mencionar él hecho de haber tenido sexo al regreso de la ceremonia.
— Y.. uh.. también llamo su madre... - él chixo cerro sus ohis ante lo que estaba escuchando. Marcelo y él abogado ya era lo suficiente caótico. Esto no podía estar sucediendo ahora - me dijo que.. ya había agendado una hora con kant para hoy y que luego de ello, para por su casa para darle los detalles.
— Estoy jodido - contestó Joaquín casi al borde del colapso - dios ayúdame - susurro.
— Tranquilo señor, voy a ir por las copias de los balances, menos mal que él histrial del envió de la empresa no se borra... - verónica medio sonreía desde él otro lado. Sus años de experiencia ya le habían demostrado como se vivía siendo la mano derecha de Mr. Bondoni.
— Espera... ¿que? ¿es verdad? ¡joder! ¡jodes que alegría! ¡por fin tengo una alegría! - exclamaba Joaquín, vuelto loco - si estuvieras aquí hasta te besaría vero, ¡millon de gracias!, me has salvado, una vez mas.
— No hay de que, por ahora alístese... él señor Ernesto está por venir.
Joaquín tosió - ¿Quien es ese?.
— Uhm.. ¿su abogado del cual le he estado hablando hace menos de un minuto?.
— Oh, si, si, ahora lo tengo, gracias de nuevo, vero - Joaquín soltó un suspiro largo y volvió a sentarse en su sillón de cuero negro. Miro hacía afuera a través de la ventana; él cielo estaba apagándose y por mas que deseara estar en su casa, pareciera como si no tuviera oportunidad de hacerlo jamás.
De vez en cuando, en jornadas tan extenuante como éstas, un cosquilleo recorría su cuerpo. Era como si su sistema circulatorio estuviese pidiendo algo, o si sus nervios en un arranque de revolución corporal le pidiesen aire, despreocupación, desorden... libertad. Pero luego, inmediatamente, los anticuerpos, la moral, la ética entraban a la guerra, recordándole quien era, y todo lo que ha logrado.
Minutos mas tarde, él abogado Mr. Ernesto se presento junto a los dos ejecutivos, Verónica apareció con los balances y luego de casi dos horas de revisión, él asunto había quedado resuelto, claro que Joaquín dejo en evidencia que estaba muy estresado, tras derramar torpemente la taza de café sobre uno de los ejecutivos. Aquel accidente empujo él mar de groserias que expresó sin poder detenerse. La mirada estupefacta de vero delató la grave falta, que se. convirtió seguidamente en lágrimas de arrepentimiento por parte del muchacho.
Sin mas la reunión concluyó, verónica se retiró y él fue él ultimo en salir. Lo único que quería era llegar a casa y que Paola le diera un par de masajes para calmarse.
O de lleno tres pastillas para dormir. Lo habitual.
Bajando por él estrecho ascensor, y con la suma esperanza de desaparecer del imperio, Bondoni sintió su celular vibrar.
Extrañado, lo saco de su abrigo y miró la pantalla... dios, era su madre ¡lo había olvidado!, en cosa de segundos llego hasta él primer piso, tomó paso rápido y subió a su auto. Con dujo a toda marcha y luego de diez minutos de viaje; de malas palabras contra él tráfico, y de que casi arroya a un niño, llego a casa donde vivía Elizabeth, salio de su coche coloco la alarma y presionó el timbre, las puertas se abrieron ynentronal ante-jardín.
Su madre salia de la puerta principal cln un abrido de cuero y un cigarrillo en sus labios.
Bueno acá él capítulo, espero que lo apoyen mucho, por que cuando termine de subir "Ghana", esta va hacer la historia que voy a continuar.

ESTÁS LEYENDO
S-I-T/ EMILIACO
RandomEl director de la prestigiosa empresa "Alth Bondoni" a través de la receta médica de su psicóloga personal, decide viajar y tomar un descanso, llegando a tennesse, donde sus parientes sureños que no veía hace 20 años. Escapando de su agitada vida y...