Decisión

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Llegué a Ensenada sin razón alguna, los senderos me arrojaron a este puerto oculto de sabores, lleno de vida, con atardeceres llenos de color. Lo que era un viaje para encontrar mi alma se convirtió en la mejor historia de mi vida. Besos sabor vino, miradas sanadoras, ángeles transformados en personas, así describí algunas de mis experiencias en mi memoria, cada vez que cierro los ojos logro sentir todo lo que Ensenada me ofreció.

Era una tarde de verano cuando me decidí por fin a tomar un rumbo nuevo a mi vida, cansado de la rutina y de las constantes faltas de pasión en mi pueblo, emprendí un viaje sin rumbo alguno, desprovisto de apoyo alguno dejé Santa Fe para partir a ese lugar donde se encontraba lo que faltaba en mi interior, sin pensar en las preocupaciones que causaría a mis padres me marche de casa sin dejar rastro alguno. Tome mi ukelele, y los ahorros que había reunido en los últimos 4 meses, dejé el amor de una familia por el amor a la aventura, partir de mi nido para por fin volar sin ataduras, como ave que surca el cielo viendo solo el lejano horizonte.

Dejarlo todo atrás no fue sencillo, todos los días me preguntaba si estaba preparando para abandonar el pueblo que me vio crecer, día a día luchaba con mi demonios interiores que evitan ir en busca de lo desconocido, a través de este viaje logré entender lo que significa amor, miedo, y dolor. Aprendí el valor de la familia y como un minuto que pierdes estando sin ellos te pasa factura en el futuro.

Sin duda volvería a ese puerto, aún me llama su mar, su vino, sus cerros y su gente. Me es placentero volver a recordar ese lugar que bien llamo paraiso, ese cantar de las gaviotas que me intrigaba a explorar más y más.

Sobre todo agradezco con mucho afecto a Ensenada por una razón que destaca sobre las demás, un motivo que me hizo un hombre nuevo. Hablar de esta mujer es un vaivén de emociones, recuerdos que pegan en el corazón como balas, y que lastiman más que una herida. Cada momento al lado de esa chica me quedó grabado para siempre. Fernanda, dónde quieras que estés te dedico esta historia que encontré en tus labios.

En tus labiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora