11.

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Lo siento

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Chan se sentó en el borde del precipicio con la pistola en su mano. ¿Realmente este es el final?  Sus pies colgaban del precipicio, al fondo había masivos cantos rodados y rocas. Pensó en todas las memorias que tenía. Una persona vino a su mente, Felix.

¿Esto lo dañará?

Llevaban siendo mejores amigos durante años. Felix significaba todo para el. Si perdía a Felix el moriría. Toda su vida giraba entorno a Felix. Era como si estuviera obsesionado.

Las lágrimas caían por su cara al recordar todas las veces que había visto la sonrisa de Felix. Cuando fueron al café, cuando estudiaron, cuando se abrazaron y muchas cosas más.

¿Fue todo para nada?

Solo traté de hacer feliz a Felix pero nunca funcionó. Traté de amarlo. Traté de hacerlo sentir mejor. La traté pero fallé en todo.

Se levantó y miró a la pistola. Completamente cargada. Oyó pasos detrás de él, se giró para ver a Felix.

"Chan, no hagas esto por favor" Las lágrimas corrían por sus mejillas y estaba desesperado por aliento.

"¿Porqué Felix? Solo dejame acabar este dolor. Duele tanto que ya no puedo seguir"

Felix dio un paso acercándose a el con los brazos abiertos. Se veía tan dolido. Yo hice esto.

"Solo vete Felix" Chan sorbio y limpió sus lágrimas que rodaban por su cara. La pistola apuntaba directamente a su cabeza, su dedo en el gatillo.

"¿Que se supone que haga sin ti Chan? Eres mi vida. Me importas más de lo que me importo a mi mismo. No puedo vivir sin ti Chan" Se encontraba gritando y sus brazos estaban completamente extendidos mientras se acercaba a Chan. El mayor tiro la pistola y lo abrazó. Lloro en su hombro y no lo dejaría ir.

"T-te amo Felix"

El menor conectó sus labios. Chan sujeto su cintura y profundizó el beso. Sus labios se movían en sincronía mientras se volvía más intenso. Los dos lloraron en el beso lloraron en el beso, sollozos apagados salían de la boca del mayor. Todo el dolor se fue derrepente.

El dolor mental. El dolor físico.  El dolor emocional. Felix lo salvó de si mismo. Sus pensamientos afectaron al beso mientras Felix lo mantenía cerca en su cálido abrazo. Se separaron, respirando difícilmente. La cabeza de Chan descansaba en la unión del hombro del menor.

Apretó su espalda suavemente mientras Chan dejaba salir todo. No lo podía controlar. Todos los  años de dolor interminable que lo mantenían prisionero, finalmente estaba libre.

"Gracias Felix. Me has salvado" Chan se acurrucó en el pecho de el menor y sonrió feliz. Los dos vieron la apuesta de sol, las estrellas brillaban en el cielo oscuro de la noche.  Felix se giró hacia el, sus ojos eran como estrellas.

"C-chan, lo siento" El antes mencionado le dio una mirada de confusión mezclada con consternación. El menor ahora se encontraba de pie.

"No tienes nada de lo que estar arrepentido ¿porque te disculpas?" Felix tenía las manos en su cabello y las lágrimas nubla banco su visión. Su respiración se sentía pesada en su pecho y pudo sentir como era arrastrado del precipicio.

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¡Escena de gore! Lee bajo tu propio riesgo.
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El cielo se tornó oscuro y las nubes cubrieron el sol. Chan no podía ver bien a Felix pero podía sentir el aura que salía de el. Solo había una sombra de una persona enfrente de el, cuando se acercó todo cambió. El cuerpo de Chan se sintió como si estuviera en fuego. Su brazo ya roto se sintió como si lo doblaran y rompieran incluso más.

El chico australiano gritó de dolor pero siguió caminado hacia la figura. Cuanto más continuaba más dolía.  Todas las partes de su cuerpo estaban en un inmenso dolor y las calientes lágrimas se sentían como lluvia ácida en su cara. Chan cayó en sus rodillas y sintió un dolor punzante en sus manos. Miró hacia abajo para ver pedazos de cristal clavados en sus manos. El aliento de Chan se apuró pero trató de seguir atento en la figura.

Se empujó a si mismo a levantarse del suelo, los cachos de cristal se podían ver perfectamente saliendo de sus manos. El chico aterrorizado fijo la mirada en sus manos con los ojos entrecerrados y la visión borrosa. Su mano se sacudió cuando intento sacar los fragmentos de cristal. El dedo de Chan rozó uno de los pedazos, el miedo se impulsó en sus venas y lo congeló en el sitio.

Solo hazlo Chan

Sus dedos estaban alrededor del cristal de nuevo. Lentamente lo comenzó a sacar de su mano, los ásperos cristales raspaban los músculos de su mano. Los ojos de Chan estaban cerrados con fuerza y su mano estaba abierta en un fuerte grito que iba a más cada vez que sacaba más el pedazo. Siguió el agotador proceso de arrancar los fragmentos hasta que no pudo sentir sus manos. Había profundas puñaladas en las dos manos de Chan y la sangre salía de los cortes.

Miró a las piezas de cristal cerca de el, estaban cubiertas de sangre, músculos y pequeños cachos de piel. La vista hizo que Chan se encontrará mal de estómago, pero en levantó y continuó caminando hacia la figura. Cada paso que tomaba lo hacía sentir como si estuviera siendo empujado hacia abajo por una fuerza desconocida.

De repente el cielo se volvió brillante de nuevo. Ahora Chan podía ver a Felix claramente, estaba de pie en el borde del precipicio.

Chan lloró gritando el nombre de Felix pero era inútil.  El menor seguía en el borde, parecía no poder oírle. Chan  trató de levantarse con la fuerza que le quedaba en los brazos, para volver a ser empujado hacia abajo. Chan se arrastró hasta Felix despacio, llorando mientras esperaba que lo escuchara.

Si te vas no sé que haré conmigo

Reuniendo todo lo que quedaba de su fortaleza, Chan se levantó del suelo con un grito de dolor. Ignoró como la sangre goteaba de los cortes de sus manos y siguió caminando hacia Felix.

Felix estaba ahora a su alcance. El menor alcanzó estar detrás de él menor.

No sintió nada

Chan abrió lo ojos para notar que Felix había desaparecido de su vista. Miró alrededor con sus ojos muy abiertos tratando de encontrarlo. Las lágrimas comenzaban nublar sus ojos y sollozó en sus manos, entonces pudo oír sonido detrás de él. 

¿Felix?

El mayor se dio la vuelta esperanzado, soñando ver a Felix. Derrepente sintió que una intesa fuerza lo empujaba, el suelo bajo sus pies había desaparecido.

Abrió los ojos para ver rocas afiladas debajo de el.

Ahí seguía Felix, en el borde del precipicio.

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Si Te Vas - ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora