Ban, un chico de 23 años con ojos carmesí y peliazul que recientemente había pasado por una tragedia que derrumbaria su vida
La muerte tragica de su amada esposa.
Aquella chica era de baja estatura y tenía 20 años, se decía que era rubia con ojos castaños, era una de las cantantes más querida de Japón, realmente varias redes sociales colapsaron con esta noticia.
Había muerto en un accidente automovilístico, el causante de esto no se reportó y quedó como un caso abierto.
Mientras tanto Ban estaba en su departamento tirado en el sofá con expresión media cansada, al lado de su mejor amigo, Meliodas, un rubio de ojos verdes, futbolista profesional.
–Ey Ban, bro, tranquilizate, ella está feliz en el cielo, descansando– Lo consoló este dándole unos minis empujones con su mano.
–¿Como me voy a tranquilizar? Ella era mi vida, ahora ya no puedo entrar a redes sociales sin ver una noticia de ella, esto es devastador, ¿Por qué a ella? Era tan buena–
–¿Tú cuando vas a un campo? ¿Que flores te llevas?– Pregunto el rubio.
–Las más bonitas–.
Siguieron charlando por un rato, Meliodas era un gran amigo para Ban, le ayudaba para las buenas y para las malas, sin dudas era increíble.
Había pasado hasta el siguiente día cuando el de ojos carmesí seguía devastado tirado en su cama sin querer hacer nada, miro a todo su alrededor, extrañando la presencia de su esposa saludándolo en la mañana.
Este se levantó y fue directamente a tomarse un café para darles energía, este no había derramado ninguna lágrima, dicen que llorar "no es para hombres", y este no quería romper ese dilema.
Salió a la calle y en el centro unas reporteras lo reconocieron y empezaron a hacerles preguntas por la ex cantante fallecida, cosa que Ban reaccionó mal
–Alejense de mi, inútiles– Empujó a una reportera este.
–¡Oye ten un poco más de respeto! Solo hacemos nuestro trabajo– Exclamó otra ayudando a su compañera.
–Me importa una mierda– este se volteó y se fue dando pasos rápidos.
La mayoría lo pasaba observando, este realmente estaba bastante deprimido y más ahora, estaba incómodo, ya no podía salir a la calle con tranquilidad hasta que vibró su teléfono.
–"Eh...¿Quién será?"– Pensó este y sacó su teléfono para desbloquearlo y entrar a Sevensapp (nombres vergas) para encontrarse con un mensaje de su mejor amigo.
El weon de Meliodas
Ban! Te quería preguntar si
querías ir a una fiesta, ya sabes...
divertirte un poco, además,
Gilthunder nos está invitando, hay
que tener cortecia ¿No?Ban mi hermano
No estoy de humor pero puede ser, no me haría mal..Bueno, iréEl weon de Meliodas
¡Así de dice! Te pasaré a buscar más tarde, nos vemos!El weon de Meliodas se ha desconectado
Ban guardo su teléfono y fue al café más cercano, el amaba todo tipo de café.
–Quiero un Capuchino– Le ordenó al mesero que lo miro sorprendido.
El mesero fue a chismear con sus compañeros
–Oigan miren, ese tipo de hay– Apunto a Ban –¿No es el actor americano y viudo de la ex cantante Elaine?–.
–Oye si, debemos tratarlo con respeto, yo lo atiendo– hablo un castaño con ojos miel sirviendo su orden.
–Si tú lo dices...Menos trabajo para mí–
El castaño fue hacia la mesa de él y le pidió un autógrafo mientras que el carmesí se alegró un poco por el orgullo de su carrera mientras el ojimiel se alejaba.
El de ojos carmesí tomo su capuchino y se largó a su hogar.
Ahora sólo faltaba esperar al rubio.
(23:48 PM)
Mientras el ojicarmesi debía televisión, sus típicas novelas turcas que veía junto la rubia, una maravilla, hasta que sintió la bocina de un auto afuera de su mansión y se asomó por la ventana.
–¡Oye pendejoo! Vamos, no tenemos toda la noche– Gritó el rubio en su auto mientras reía y el carmesí cerro su ventana y con un poco más de ánimos salió.
–Porfin llegas, estuve esperandote unas décadas– Bromeó el rubio mientras le habría la puerta del auto.
–"Ispitinditi inis dicidis" Ya cállate– Remedio este a su amigo y se subió al auto y fueron hacia su destino.
–Meliodas ¿Donde está el gil este?– Pregunto Ban
–Ah, en la fiesta, duh– Imitó a Billie, su cantante favorita.
–"Dihhh"– Remedio a su amigo con tono de burla.
Estuvieron charlando hasta que llegaron y el pelirosado los recibió contentos.