Cómo Lázaro se asentó con un fraile de la Merced y de lo que le acaeció con él
Hube de buscar el cuarto, y éste fue un fraile de la Merced, que las mujercillas que digo me
encaminaron, al cual ellas le llamaban pariente. Gran enemigo del coro y de comer en el convento,
perdido por andar fuera, amicísimo de negocios seglares y visitar, tanto que pienso que rompía él más
zapatos que todo el convento. Éste me dio los primeros zapatos que rompí en mi vida; mas no me
duraron ocho días, ni yo pude con su trote durar más. Y por esto, y por otras cosillas que no digo, salí de
él.