Único.

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Estás en una esquina de la habitación, tan galante y altanero como de costumbre, pero sonriendo con la más profunda de las dulzuras. Coqueteas con movimientos, enamoras con palabras. Veo con pesar que hay alguno que otro cautivo que ha sido víctima de tus encantos, pero hipócrita de mi si me atrevo a juzgarlo pues no puedo decir que no soy uno de ellos.

Caminas con elegancia por el lujoso salón, guiándote por el ritmo de la melodía, pero llevando tu propio compás. Como en cada ocasión, estás cuidando de tus movimientos, eres precavido y guardas distancia, como si no quisieras que nadie más entrara por la pequeña ventana que tu alma ha dejado abierta, pero te he observado, conozco lo ansioso que estás de que alguien de verdad lo haga.

Tus grandes y finos ojos gritan que estás sediento, que mueres por algo, pero desconozco tus deseos, bien podría ser que anheles el más sincero de los amores o que simplemente desees conocer la más ardiente de las pasiones. No importa. Yo soy ambos. Soy fuego y soy agua. Soy calma y soy fuerza. Soy cualquier cosa que precises. Soy tuyo.

Quisiera que no me provocaras en lo absoluto, que esta picazón en mi piel por recorrer cada uno de tus lunares no significara nada, pero mi psique sabe que eres lo único que me mantiene cuerdo. He caído profundo.

Me atraes.

No puedo medirlo ni negarlo e intentar hacerlo sería una perdida de tiempo.

Es demasiado.

Te veo beber con distinción, llevando la copa de vino hasta tu boca con gracia divina. Parece que Dionisio te ha bendecido. Relames tus labios con lentitud, llevando tu lengua de una esquina a la otra, saboreando, tentando. Cierro los ojos por el placer visual que me provocas. No puedo detener las mil imágenes que has logrado crear en mi mente.

Quiero besarte.

No encuentro otra forma de poseerte. Mi deseo va más allá del carnal, pero un beso puede saciarme. No es mi necesidad de saberte mío lo que me motiva, sin embargo, sino todo lo contrario. Quiero dejarte en claro que tienes en mi a tu fiel servidor. He perdido mi voluntad y es un maldito infierno, mas no me arrepiento. Eres mi amo, lo sé por cada golpeteo de mi corazón que grita tu nombre.

Ah sí, tu nombre, las personas lo pronuncian como si fuera ambrosía misma. Yo sé que lo es. Lo es porque no hay ninguna otra palabra que le induzca semejante placer a mi paladar como las sílabas que lo conforman.

Jimin, Jimin, mi dulce Jimin.

No sabes como te deseo.

De pronto, te giras hacia mí y me observas, tal vez porque has descubierto que eres el dueño de mi absoluta atención. Vuelves a beber de tu copa y la pegas a tus labios que han esbozado una sonrisa triunfante.

Sabes que me tienes.

Das un último sorbo y levantas el mentón, comenzando a caminar en mi dirección. Yo siento que me deshago con cada paso que das. La sensualidad que desprendes me vuelve loco. Una parte de mi quiere tomarte aquí mismo y delante de todos, salvaje e irracional, desgarrarte con un beso, pero otra parte simplemente quiere mostrarte lo sublime que es el amor. Puro, inocente, apacible.

Tal vez es esa dualidad tuya la que causa tanta ambigüedad en mis deseos.

Sigues caminando con galanura y yo no puedo esconder la punzada feliz que me provoca verte venir hacia mí, por eso mismo te sonrío mientras destrozo mi labio inferior con una mordida que me desangra; parece que te gusta porque sueltas un ligero sonido de satisfacción a la par que te acomodas tu negro cabello con los dedos. Tu aroma comienza lentamente a envolverme y entonces pierdo la razón.

Mi cuerpo entero vibra de placer.

—Buenas noches—me dices y contengo mi orgasmo. Tu voz es la más dulce maldición que me vuelve un preso de ti, aun así, te devuelvo la mirada cínica y me levanto para envolver tu mano con la mía.

Tan suave, tan bueno, tan mío. 

—Buenas noches—respondo al fin embelesado por tus ojos castaños que me miran con el mismo deseo que los míos miran tu cuerpo—. ¿A qué debo el placer de su presencia?

—Esa es la misma pregunta que yo deseaba hacerle—ladeas tu cabeza y caminas alrededor mío, llevando tus dedos por toda mi espalda que desea arquearse por el placer que tu tacto me provoca.

—Que Dios bendiga la coincidencia—me muevo y atrapo tu traviesa mano para darle un beso. El gesto te engancha porque cierras los ojos y te vuelves frágil. Parece que nuestra constante persecución ha llegado a su fin.

Miro a los alrededores y noto a los presentes curiosos mirarnos con envidia. Yo les inclino la cabeza como saludo y les digo silenciosamente que he ganado, que este hermoso hombre es mío, que en las próximas horas tatuaré mi nombre en su piel y que me encargaré de que jamás me olvide.

Será el amo dependiente fiel de su sirviente.

— ¿Puedo saber con quien tengo el gusto? —me preguntas con una voz sumamente dócil mientras yo muy suavemente envuelvo mi brazo en tu cintura para guiarte afuera del salón.

Ambos temblamos, anhelando despojarnos de todo lo que no necesitamos para perdernos el uno con el otro. Somos dos almas que buscan fusionarse como una misma o tal vez somos un alma que había sido separada y que por fin se reencuentra.

La música que había sido testigo de nuestro encuentro ha quedado atrás y nos ha sumido en un misterioso silencio, pero no es que me preocupe, de cualquier forma, la única melodía que deseo escuchar es la que viene de tu voz.

—Mi nombre es Yoongi—contesto como puedo pues de pronto tu mano, más juguetona de lo que puedo creer, ha descendido por debajo de mi pantalón para tocar zonas que más adelante libremente podrás tener.

Una danza de jadeos y suspiros comienza a acompañarnos.

—Yoongi—repites saboreando las letras y entonces sonríes, tan malditamente delicioso que sé que pronto te haré olvidar como es que me acabas de llamar.

Pero no te confundas, mi amado Jimin, no es que escuetamente desee que el placer te nuble el sentido, no es el ansia de poseerte y hacerte olvidar lo que pretendo hacerte llegar, sino que tengo un perverso y más ambicioso plan para ti.

Es Yoongi como quiero que me llames, pero es "amor" como deseo que me recuerdes.

Tal cual como ahora te pienso yo.

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Ñoñísimo, pero quería escribir cualquier cosa, x'D llevaba días sin hacerlo y dije "ah numa."

En fin, les adoro. :'3

Anhelo [Yoonmin].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora