Mi nombre, mi nombre no importa, fui un soldado más en líneas enemigas pensando que eran amigas, la desinformación de las masas causo revuelo en los últimos años, llevando a la destrucción del mundo pronosticada para el 2035, En un intento desesper...
Narrador: La joven se levanta esta vez con éxito y observa la luz de su habitación, era tan nostálgica, observa toda la habitación, -vacio- pensó, algo a lo que ya estaba acostumbrada, se acerco a la pequeña lampara donde y sin dudarlo la toco, -hum... calor- pensó, extrañada retiro su mano, nunca había visto algo similar, observó bien alrededor de la habitación, era una habitación chica, paredes blancas, la cama ubicada en una esquina alado de la ventana, el baño enfrente de la cama a solo un metro y medio aproximadamente, alado de eeste estaba la puerta de madera color negra gastada, la lampara de donde ella observaba la habitación estaba alado de la puerta junto con un espejo de cuerpo completo del cual se sorprendió un poco al notarlo, miro el otro extremo de la habitación, en la esquina estaba una mesa unida a la pared, con dos sillas, enfrente de esta en la otra esquina la estufa y los gabinetes de cocina arriba de esta el pequeño mini refri estaba encima de la barra dejando el hueco donde irían las sillas- este es el 2019 hum...- pensó.
Kun: Estaba un poco curiosa de las cosas en el lugar donde me encontraba, tenia espacio, no mucho pero era mas del que estaba acostumbrada, tenia luz, la cual, se dejo de utilizar parcialmente cuando era joven en el cuartel, aún recuerdo cuando se prohibió la luz a los ciudadanos en ciertas horas, el cambio fue duro, pero no vi a nadie quejarse después de la semana, me desconcertaba el hecho de que hubieran dos sillas la mesa, el refri realmente me sorprendió, no me espere que fuera tan pequeño y que funcionara con luz.
Narrador: la joven dio un paso al comedor y repentinamente dio un salto hacia atrás mientras aparecía un arma en su mano, aun que no era un arma común, se percato de su reflejo y anonadada guardo el arma cautelosamente sin parpadear, se acerco al espejo y lo toco-Nada- pensó decepcionada, bajo la mirada mientras se alejo de este y se sentó en la cama.
Kun: quería tocar las sillas, parecían de madera, tenia años que no tocaba algo de madera, pero apenas di un paso y observe por el rabillo del ojo una sombra a mi derecha, retrocedí y dando un paso atrás me prepare para luchar, el traje de la señortia Myra era clave para mi misión, estaba conectado a mi cerebro y lo podía controlar, diciéndole lo que necesitaba, en ese momento solo pude pensar en el arma básica de mi antebrazo lo que hizo al traje reaccionar y producirla, pero al observar bien la figura era yo, y sabia que era yo, mi compañera 'kei' en el ejercito le gustaba dibujar, aun que estaba prohibido lo hacia clandestinamente, tenía un libro que encontró una vez en campo y lo guardo, tomaba una piedra o carbón en algunas ocasiones y empezaba a dibujar, así supe que era yo, no me había percatado de mi nunca antes con tanto detalle a excepción de los dibujos que antes había visto; mi cabello era rojo como la sangre largo, mi piel era extrañamente morena y mis ojos eran claros, de un tono verde militar claro, pensé que podría sentirme a mi misma, tocar mi propio ser, lo mas interior de mi, todo se reflejaría en ese artefacto, así que toque pero no sentí nada, es irónico se supone que cuando debería sentir algo no lo siento, y cuando lo siento no debería sentirlo, me retire de ahí, y pensé ir a la cama para alistarme en mi nueva misión.
*Chicos no olviden apoyarme en la historia y votar ademas si gustan dejar un comentario los leere, les adjunto como se vería el traje de kun, obviamente es solo para que se den una idea, pero lo que hace es prácticamente obedecerla atreves de redes neuronales, esta hecho de nanotecnología por lo que puede cambiar fácilmente de apariencia e implementar armas.
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