Era 14 de febrero y aún Jay , Carlos e Evie se encontraban aún en clases , mientras tanto Mal tenía importantes citas sobre el reino de Auradon.
- Evie miró a los dos chicos pensando que serían el uno para el otro mientras ellos no se daban cuenta de ello.
- Evie empezó a susurrar al oído de Jay si seria una gran idea prepararle una cita a su queridisimo pequitas , este , confundido aceptó pero estaba aún muy nervioso debido a que todo pasaba muy rápido , Evie , dijo este entre susurros , me gusta mucho Carlos pero... ¿Y si yo no le gusto? , ella río y dijo , Jay se notan vuestras miraditas a lo lejos dijo sonriendo , sois tal para cual , él sonrió y miró hacia el chico pecas.
- Carlos al oírlos susurrar se preguntó de qué estaban hablando y quiso acercarse pero cuando lo estaba haciendo dejaron de susurrar y este se quedó con esa intriga.
Sonó el timbre de clase y al fín las clases habian finalizado por hoy.
- Jay se acercó a Carlos y le preguntó si tenia algo que hacer esta tarde , a lo que él respondió sonriendo que no y este le pidió ir con el a una cita , sorprendido y entusiasmado él dijo que sí sin rodeos , entonces Jay le dijo que a las 6 le recogía mientras los dos se estaban abrazando mutuamente.
- Carlos al ver pasar las horas tan rápido decidió ir a ducharse para acto seguido arreglarse para la cita de su vida con su alma gemela , Jay.
- Jay decidió hacer lo mismo aunque mas nervioso que este.
Llegaron las 18:00 p.m. y Jay fué a recoger a su amado a su cuarto.
- Este tocó su puerta mientras Carlos habría esta se encontró a Jay con un ramo de flores que tenían bordados con sus nombres "Jaylos" este preguntó que que significaba ese extraño nombre a lo que este contestó , lo mejor que me a podido pasar , a lo que él sonrió y abrazó-
Los dos fueron a un restaurante y cenaron de lujo y por fin fueron al cuarto de Carlos.
- Jay entra es todo tuyo , este sonrió y quitó su camisa para acto seguido comenzar a abrazarlo y quitarle la suya , Carlos sonrojado asintió y dejó que se la quitara , los dos empezaron a besarse como nunca nadie lo había hecho , cansados de tanto ajetreo los dos acabaron destrozados durmiendo acurrucados en la misma cama.