Capítulo 4

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-Ok, bajo en 5 minutos

Me visto lo más rápido posible con unos vaqueros y una blusa. No me molesto ni en elejir un outfit bonito, y opto por lo primero que encuentro.

Salgo de mi edificio y o primero que veo es el coche de Amy, a ella siempre le han gustado los coches, el suyo es un bmw deportivo de color rojo, fue un regalo de su padre por su 20 cumpleaños hace 2 años.

-¿Pero tu te has visto?- pregunta exclamaba mientras me mira incrédula

Hago un gesto como de no entender la situación y la miro extrañada.

Ella responde medio riéndose- pareces un zombi- la sigo mirando extrañada y continúa- se te ha corrido todo el maquillaje de ayer.

¡Oy, no!

Estaba tan triste que ni me acordé del maquillaje, seguro que doy hasta miedo.

- Tranquila que tengo desmaquillante en el bolso- me mira e insiste- venga sube.

Me subo de su coche y me limpió la cara con desmaquillante, después Amy me sorprende con una pregunta: -¿Que te apetece hacer?

-Sinceramente nada, no tengo ganas de nada.

-Meh- imita le ruido de un botón incorrecto- esa idea no está entre las opciones de planes para hoy.

- Pues entonces no me apetece hacer nada-  digo en tono depresivo

- Sam... no me gusta verte así-  hace una pausa- se que es difícil, pero intenta hacer un esfuerzo para hacer algo que te saque a ese saco de mierda de la cabeza.

Suelto una leve risa, me hace gracia la manera que tiene Amy para referirse a Louis.

-Ok, ¿qué te parece el centro comercial?- pregunto

- Creo que ed una idea increíble- contesta Amy con una sonrisa de emoción.

Se que desde siempre a las 2 nos encantan los centros comerciales. Me acuerdo de cuando estábamos en el high school solíamos ir casi todos los findes para comprar y para chismorrear.

Cuando llegamos, nos bajamos del coche y Amy me abraza por sorpresa

- No quiero que durante el día de hoy llores ni una sola lágrima mas- dice con tono serio- hoy es un día de chicas solo para nosotras- me sonríe y me da un empujón haciéndome empezar a andar en dirección hacia la entrada del centro comercial.

Llegamos a la entrada y nada más entrar visualizamos el Starbucks, nos miramos y enseguida sabemos a que nos referimos.
Para nosotras ese Starbucks era como nuestro sitio especial, al que íbamos cuando queríamos contarnos algo ya fuese importante o una simple tontería. Siempre íbamos cuando estábamos en el instituto y queríamos chismorrear.
Obviamente cuando acabamos el instituto dejamos de ir tan a menudo, hasta que al final dejamos de ir por completo.

En cuanto lo vi me entraron unas ganas de llorar no se si por recordar los buenos tiempos de instituto o por el dolor que sentía por Louis.
Aunque no me podía aguantar las ganas de llorar, en el momento en el que mire a Amy y me hizo una mueca que conocía bastante bien, supe que no me permitiría llorar ni una simple lágrima.

Nos sentamos en el Starbucks y ella me pidió que me desahogase pero sin llorar. En ese momento solté todo, todo lo que sentía y todo lo que me estaba produciendo dolor.
Estuvimos allí durante toda la mañana. Después fuimos a comer a su casa y pasamos ahí toda la tarde riendo y llorando.

¿Te puedo hacer 2 preguntas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora