lo ultimo que recuerdo es que había sangre... destrucción...dolor...sufrimiento y cada vez que se acerca la fecha de ese acontecimiento me entran unas ganas de ir con ellos...
pero me hice una promesa que no pienso fallar...
y es matar al que me hi...
Luego de caminar hasta la entrada de la escuela xxxx, me diriji a mi curso.
Al llegar note que unos cuantos chicos ya estaban en dicho lugar. Al entrar, me encontré con la sorpresa de que eran de otro cursos mayores junto a hinata, la primera en el ranking de chicas más bellas de la escuela y a la vez la más egocéntrica, al principio no era así, era dulce y amable pero luego de saber lo del ranking se le subieron los humos a la cabeza.
-y tú qué haces aquí-me pregunto indignada. Como si el lugar fuera de ella.
-ya casi es hora de entrar-dije, tratando de sonar amable.
-y que, todavía faltan 10 minutos para que toque el timbre de entrada. No seas estupido y piérdete-dijo uno de los mayores. Parecía molesto de que los interrumpiera.
Yo simplemente salí y me diriji a la azotea. No me malinterpreten, por mi lo hubiera mandado a la mierda a él y a los demás. Pero no puedo hacer eso,llamaría demasiado la atención.
Mi máscara es alguien que no se mete en problemas.
En la azotea
Cuando abrí la puerta de la azotea, de reojo pude ver dos sombras, no tenían malas intenciones así que las deje pasar. Que mala decisión.
Glup…
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Glup…
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Glup….
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Jajajajajajajajajajajaja…
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Eso es lo que escuche después de que mi camiseta blanca se volviera naranja. Como dio el naranja y solo tres personas saben eso. La mayoria lo sabia pero solo tres de ellos llegaría tan lejos para una broma, uno estaba al otro lado de la ciudad (mikoto) y solo dejaba a dos personas.
-shikamaruuuu!!!, saiii!!!-dije gritando.
Tranquilo que se quita con agua-dijo sai aguantando la risa para que después volviera a reír.
Sai era alguien alto, de piel muy blanca. Tenía el cabello de color negro y sus ojos también eran de color negro. Estaba vestido con el uniforme de la escuela.
Su forma de ser era extraña. El era feliz pero a la vez no. Lo podía sentir, era alguien parecido a mi. No dejaba ver su verdadera forma de ser.
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