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Mierda...

Otra vez...

Singto, juro que si he hecho la presentación...

Mentira...

Bastardo...

— ¿Casualmente la dejaste en la habitación de nuevo?

Su sonrisa me responde en lugar de su voz, si tan solo no tuviese que exponer hoy con el idiota que tengo enfrente de mi seguro ya estaría ahorcando su delgado cuello.

Déjame charlar con la profesora, seguro nos dará un día más, lo prometo.

Sale corriendo antes de que incluso pueda responderle, sé a que se refiere con charlar, terminará follando con la maestra en el salón de usos múltiples, como lo ha hecho con toda la Facultad.

Maldito Gunsmile.

Me gustaría arrancarle la sonrisa de gomita de su feo rostro.

Cuando mi móvil vibra salgo de mis pensamientos más psicóticos hacia mi mejor amigo que aún corre por todo el campus.

Ohm: [Singto, tenemos que hablar]

Ni siquiera abro la conversación, solo deslizo la barra de notificaciones sin pensar en lo que se viene.

Tomo la mochila y salgo con ella en la mano hacia la muerte. Aunque sea en sentido metafórico.

Llego hasta el estacionamiento y las luces del Yaris rojo se encienden, abro la puerta y me dispongo a manejar hasta la cafetería de Artes, Facultad a la que pertenece Ohm Pawat.

Mi novio y futuro ex.

Las nubes amenazantes en el cielo indican que mi día empeorará con el paso de la tarde. Así que no me queda más que resignarme a esto.

El último semáforo en verde me hace girar a la derecha.

Y ahí está...

Más serio que de costumbre, a su lado, un chico tal vez menor que él, se esconde atrás de su espalda. Tras un flequillo largo y castaño. Un uniforme de preparatoria y el código 0897 en su camisa escolar.

Apagó el motor justo en frente de ellos.

— ¿Puedes bajar del auto?

— Sólo di la que tengas que decir y me iré...

— Necesito que por primera vez en tu vida cedas ante alguien...

Su voz se ha elevado pero mi orgullo es justo lo que me queda ahora.

Niego con la cabeza y el chico asiente.

Singto, por favor...

— Ni tu ni yo tenemos tiempo, anda habla o el niño que está tras de ti llorará en cualquier momento.

Frunce el ceño un poco pero se relaja ante su toque.

¿Hace cuanto tiempo no pasaba eso conmigo?

— Estoy harto de ser el que está abajo...

Dice por fin.

— Y por eso has conseguido un crío... Esta bien lo entiendo, si quieres terminarme por eso lo aceptó, ve a ser el dominante por ahí y queda olvidado esto.

Me siento un idiota después de todo, y no por él precisamente sino por mi, al final ha terminado conmigo porque dice que no puedo ser versátil, no soy lo que las niñas llaman "suke"

Y él no puede tolerarlo.
Y yo tampoco.

Sé que tal vez tenga mucho que decirme pero después de todo nada hará que nos quedemos juntos. Así que enciendo el motor nuevamente y me echo en reversa, cuido no matar a nadie para no terminar en un mal día con algo peor y giro por donde llegué.

Ir a un bar a tomar un trago me ayudará a despejar la mente, no estaba planeado volver a casa hoy de todos modos así que un buen whisky en las rocas, música y tal vez uno que otro beso con un desconocido aliviará un poco mi pesar.

Aparco cerca de una calle poco transitada no muy lejos de mi Facultad.
Aseguro el auto y me quito la camisa blanca para dejarme en una playera sin mangas fuera del pantalón, abandono el cinturón y alboroto mi cabello, dejo las pulseras de plata y me pongo el arete que me quito en la Universidad. Llevo lo indispensable para pagar las bebidas y tal vez un hotel y lo demás se queda en la guantera.

Me dispongo a entrar a cualquier lugar que sea atractivo.

Justo como el que no está muy lejos de mi auto.

Una sencilla puerta de madera y poca gente alrededor, un letrero luminoso entre naranja y rosado.
Con la siguiente inscripción.

"Domynous
Justo donde todo comienza“

INOPINATUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora