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Después de media hora ahora estoy sentado en la cama de Krist Perawat, está sentado frente a mi sosteniendo un algodón con agua oxigenada limpiando las heridas que hay en mi ceja. Parece tan  concentrado en ello que ha descuidado su labio. Está morado pero hay sangre seca en el.

Hace presión debajo de mi ojo limpiando el polvo y la arenilla que me ha tocado con la golpiza.

Cuatro contra uno no es lo más justo pero al menos no se fueron limpios.

La pelea continuó otros veinte minutos, hasta que apareció una de las encargadas del bar con los guardias que me recibieron en la entrada, estuvieron a punto de echarme pero el chico del bar intercedió por mi.
Ahora sé que su nombre es Earth.

Diez minutos después estábamos tomando la avenida principal en mi auto, hasta que dos manzanas después llegamos a su casa.

— ¿Duele?

Hace un poco de presión con más fuerza, hago un sonido salivoso indicando que si.

El me regala una sonrisa como las que sabe dar.

Sigo contemplando su rostro mientras se dirige a mis nudillos, los limpia con la misma dedicación.

— ¿Krist?

— ¿Mmh? — dice sin levantar la vista, tira la gasa sucia y vuelve a mojar otro algodón.

— ¿Krist?

— ¿Sí? — esta vez alza la mirada pero no nota lo que quiero decirle.

— ¿Krist?

Oiii, ¿qué? — su rostro se levanta por completo se nota fastidiado pero no dice nada más.

Acércate...

— ¿Para qué? — su rostro se contrae al fruncir el ceño pero obedece. Deja las cosas a un lado de la cama y se sienta a mi lado.

Me pongo de frente a el subiendo una pierna por completo flexionando la rodilla. Mi mano tarda segundos en llegar a su rostro, las yemas de mis dedos rozan su mejilla.

— No me odies...

Es lo último que digo antes de atacar sus labios con necesidad, le cuesta ponerse a mi ritmo pero pone demasiado esfuerzo en alcanzarme.
Sus manos se aferran a mi chaqueta hasta que logra separarme de el.
Se limpia los labios con el dorso de su mano, dibuja una sonrisa...

— No podía respirar P'.

Suelto una pequeña carcajada y me disculpo al momento, me dice que todo va bien.

Se levanta de la cama junto con todo el botiquín, se mete al baño y cierra la puerta con pestillo.

“Felicidades Singto Prachaya, acabas de asustar a Krist

Suspiro profundo y me dejo caer cual largo soy a la cama... Pongo mis manos tras mi nuca removiéndome incómodo por la casi erección que tengo.

Pero es que es imposible no endurecerme...

Mi móvil vibra dentro de mi bolsillo frontal, desbloqueo la pantalla y espero todo menos esto.

[ Ohm: Por favor debemos hablar, me he equivocado]

Sé que verá que lo he leído pero no tengo la más mínima intención de responderle.

Aún con la conversación abierta el vuelve a mandar un mensaje...

[ Ohm: Tienes razón, he buscado a un crío pero no funciona... Te extraño]

Paso las manos por mi cara y boto el móvil a un lado, que siga escribiendo tonterías, me rindo.
Odio que haga eso...

Oigo la puerta abrirse pero no le presto atención seguro Krist quiere que me vaya...
Su peso se siente a lado, el olor a vainilla llega hasta mis fosas nasales, la sangre seca se ha ido y solo queda lo morado del labio.
Me incorporo hasta quedar nuevamente frente a él...

Esta vez él toma la iniciativa, me aferro a sus hombros desnudos y húmedos... Con las manos en los costados desata el nudo de la toalla que lo cubre de la cintura para abajo...
Sin dejar de besarlo la pongo contra la cama, el enreda las piernas en mi cintura y yo solo quiero comérmelo en este momento.


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