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Lee Seunghoon

Ha pasado un tiempo, mentiría si dijera que no la echo de menos; la cagué, fui un completo imbécil, la perdí aquel mismo día.
Veo como todo empieza a perder su brillo, su gracia, su color, ella le dio sentido a mi vida, mejoró todo mi alrededor, jamás se lo agradecí.
Le encontré el sentido al famoso dicho de "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes", pues sí, toda la razón.
Dejó de gustarme estar en casa, demasiados recuerdos, también he de decir que ella es la causa por la que ahora soy un alcohólico de mierda.
Ésta era mi rutina: primeras dos copas, demasiados recuerdos; tercera y cuarta, la nostalgia empezaba a desaparecer, pero no era suficiente; por cada copa que tomaba un recuerdo de ella desaparecía, sus sonrisas, sus besos, sus abrazos, cada día juntos, todos esos momentos que tanto añoraba se esfumaban gracias a algo tan simple como el alcohol.
Hoy me he despertado, esperaba que fuera ella la que lo hacía, ya sea con besos, caricias o revolviéndose en la cama, pero no, la alarma de mi móvil no paraba de sonar, se me hizo raro no tener su aliento en mi cuello y sus pequeñas manos en mi pecho; si tengo que llegar a sincerarme, se me hizo raro, estaba acostumbrado a ello.
Creo que me estoy emparanoiando y sólo es costumbre, o eso es lo que quiero pensar.
Muchas personas me han dicho que estoy en esa fase llamada "negación", que sí, la quiero, la echo de menos y la necesito, pero como ya he dicho, me niego a ello, la odio, también la quiero, me odio a mi mismo, odio esto, odio esta situación, por estar así sin saber como sentirme.
Han pasado unos meses, la sigo echando de menos, me hizo bien, por eso me siento tan mal, hace mucho que no la veo, me pregunto si sigue teniendo sus pecas, si sus labios sabrán igual, si su cuerpo sigue desprendiendo ese calor y esa calma que me embriagaban.
Me gustaría dormir un día más con ella, entre sus brazos, solo para darme cuenta de lo gilipollas que pude llegar a ser, de lo mucho que la cagué con ella.
Supe que no era costumbre cuando estuve coqueteando con una chica estando algo borracho y la llamé a ella, dije su nombre, y por un momento, la ví enfrente de mí, sonriéndome, con las mejillas algo sonrojadas, como cuando me decía algo bonito y en ese mismo instante se sonrojaba.
No era ella, lo sé, pero se sintió muy real.
Salí de aquel antro, al cual nunca volví, incluí éste lugar en "sitios a donde no me apetece ir una mierda porque me recuerdan a ella".
Me acabé mudando, no por ganas, si no por dinero, me lo dejaba todo en bares cuando iba y bebía; ahora vivo en un piso de mala muerte en mitad del peor barrio de Seúl.
Me he puesto a buscarla, sé que trabaja en una cafetería, sólo trabaja unos tres días a la semana, siempre la lleva alguien en coche, no logro saber quien es, pero sé que es un hombre, ojalá me viera; está feliz, me alegro por ella, me gusta verla sonreír, es una pena que yo no tenga ganas de hacerlo. Ella tampoco tiene ganas de sonreírme a mi como hacía antes, ahora sólo le sonríe a él.
Preciosa, ojalá me volvieras a sonreír.

Vacío; Lee SeunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora