Un apellido, una pregunta

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-sube al auto Sai- la voz gruesa, masculina, le pertenecía a un joven pelinegro que aparentaba unos 24 años de edad. Estaba recargado, con los brazos cruzados, en la puerta que conectaba su casa con el garage. Su mirada oscura observaba a otros dos muchachos, con rasgos mas jóvenes pero igual de hermosos.

Uno de ellos, el que respondía al nombre de Sai, se encontraba parado a unos cuantos metros de él. Tenía el pelo lacio y corto. Llevaba puesto una remera blanca, que dejaba entrever los músculos de sus brazos, y unos pantalones de vestir negros, el cual era el uniforme de su instituto. Con su mano derecha sostenía la puerta del conductor de un Audi S7, color negro. Su torso estaba ligerame inclinado hacia adelante y su seño fruncido. Parecía estar discutiendo con un muchacho sobre quien manejaría ese dia hasta el colegio.

Quien estaba sentado en el lado del conductor, era el primo de Sai y hermano menor del primero. Sus rasgos eran muy parecidos al más grande. Tenía 18 años humanos, siendo un año más grande que su primo. Su seño estaba levemente fruncido por el drama que se estaba montando su familiar.

Los tres Uchiha's compartían varios rasgos de su clan. Pelo y ojos negros, belleza y orgullo.

-Sasuke no cambiará de decisión -dijo Itachi. El aludido sonrió arrogantemente por haber ganado otra vez, sin embargo frunció el seño cuando elevó la vista y vió como Sai le dedicaba una mueca burlona.

- ¡estupido Sai! ¿Solo querías perder tiempo no?-dijo enojado. Sai empezó a reír mientras subía al auto.

En menos de un segundo Itachi ya se encontraba solo en la habitación pudiendo escuchar a lo lejos la discusión de esos dos.

Una ligera sonrisa se formo en su rostro. Todo el amor que tenía por su hermano y primo se podía ver reflejado en ese simple acto, que solo se permitía hacer cuando no había nadie observándolo.

-adios ottotos maleducados

Se dió media vuelta e ingreso al living de la casa para buscar los útiles que necesitaría ese día.

Aún era temprano para irse a la universidad pero no tenía nada más que hacer en esa casa además de aburrirse. Así que terminó de guardar todo en su mochila y caminó de regreso al garage donde lo aguardaba su coche, un Chevrolet Chevelle negro.

Subió en él y, luego de dejar su mochila, arrancó y salió con maestría. El ruido de la puerta tocando el suelo le confirmaron que el portón electrónico se había cerrado correctamente.

Miró por la ventana, hacia el extenso bosque que lo rodeaba, y no pudo contenerse a oler el aire. Le encantaba el bosque, los olores que allí había y lo extenso que era.

Habían llegado a ese lugar, para instalarse, hace una semana atrás. A su primo se la había metido en la cabeza que quería ir a estudiar junto con los humanos y poco tardo en intentar convencer a él y a su hermano de que lo acompañaran.

Al principio ninguno de los dos había estado de acuerdo con la idea. Sin embargo eso no duro mucho. El primero en seder fue él, quien se dijo que distraerse un poco no les vendría mal. Sasuke fue más difícil, para él, ir a un colegio humano podía resultar un tanto agotador y aburrido y si tenía que elegir, prefería seguir cumpliendo sus obligaciones como el hijo del líder de los vampiros del reino del norte, antes que soportar a un montón de adolescentes hormonales. Y eso ya era decir mucho, pues su hermano no era muy devoto a ejercer su papel como "principe". No obstante, luego de muchas suplicas de Sai, aceptó.

Y ahora se encontraban aquí, viviendo cerca de una manada de licántropos, un linaje tan misterioso como su propia raza e incluso más.

Itachi mentiría si dijera que no se habían sorprendido de encontrarla allí, pues mientras buscaban un lugar a donde ir a estudiar y pasar sus " vacaciones ", lo último que se les hubiera pasado por la mente era que en el lugar, que cumplía con todas sus exigencias, ya estuviera ocupado.

Entre garras y colmillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora