Epílogo

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Ajuste un poco la corbata en mi cuello, me molestaba, yo estaba inquieto y sudoroso, usaba un traje negro, algo elegante, sin embargo, no había podido evitar el terminar por ponerme mis pantalones negros de siempre, un poco desgastados, pero sabía que Dong lo aprobaría. Mire a mi alrededor, conocía a pocas personas pero era mejor de esa forma, no deseaba mantener una conversación en la cual estaría todo el tiempo distraído.

Me acomode mejor, me encontraba en la zona posterior, en el fondo de la sala, era todo bastante elegante, pude ver con detalles como todas las personas sacaban a relucir sus joyas y mejores trajes, la verdad es que me tenía sin cuidado, yo sabía porque me encontraba allí, y no era para participar en ese absurdo concurso de elegancia.

Y entonces comenzó la ceremonia, de inmediato comencé a sonreír, comenzaron a entrar los protagonistas de esa noche, aplaudí junto al resto del público, esa noche yo no debía subir a ningún escenario, esa noche la estrella eran otras personas.

Entonces entro él, hermoso y sonriente, un traje elegante que se apegaba a la forma de su cuerpo, elegante para la situación pero nada anticuado. Lo seguí con la mirada todo el tiempo.

Hasta el momento en que lo llamaron para que subiese al escenario, aplaudí y sonreí cuando le entregaron su diploma, intercambiamos miradas orgullosas desde la lejanía y me lance contra él en cuanto la ceremonia concluyo.

Esa noche no le lleve flores, lo habíamos discutido y Dong se negó a que le llevase algunas flores para felicitarlo por su logro. Pero había decidió llevar otra cosa, y esperaba que él no se negase a esta.

Dong se acercó a mí y rápidamente lo abrace y bese, sus brazos rodeaban mi cuello, luego sus manos viajaron hacia mis hombros y las dejo en mi pecho, mirándome a los ojos, le devolví la mirada y bese su mano brevemente.

A nuestro alrededor se juntaban un montón de personas todas saludándose entre si y felicitándose, era una graduación después de todo. Sonreí y tome la mano de Dong, guiándolo entre las personas con la intención de sacarlo de ese lugar, ya había saludado a sus amigos y profesores, era mi turno de tenerlo para mí por un momento.

Lo lleve hacia las afueras del edificio, todo bajo la atenta mirada de la madre de Dong, ella era una mujer que se encontraba al tanto de nuestra relación, al parecer sabia de esta incluso antes de que nosotros nos decidiésemos a formalizarla. Intercambie miradas con ella mientras llevaba a Dong hacia la salida, ellos ya habían hablado y se habían saludado una vez que esté bajo del escenario.

Y ella sabía lo que yo me encontraba planeando.

Me deseo suerte y nos mencionó que nos esperaría en la sala donde se serviría el pequeño banquete ceremonial, una forma de despedida definitiva, con profesores y familiares presentes.

Llegamos a los jardines del edificio, las plantas, árboles y arbustos se encontraban sumamente cuidados, se podía apreciar esto a simple vista, podía ver pequeñas luces alrededor de los caminos del lujoso jardín, comenzamos a dar un paseo, un improvisado recorrido, note como él soltaba suspiros y no paraba de sonreír, esperaba que con mis palabras sonriese aún más.

El cielo nocturno se encontraba plagado de las estrellas y la gran luna iluminaba todo, era un buen momento, el mejor momento, cálido y agradable. Ya era hora.

Me acerque a Dong y lo bese lentamente, entre las flores y árboles, él me devolvió el beso, acaricio mis labios lentamente y continuaba teniendo un particular sabor a café, sabía que había bebido uno antes del inicio de la ceremonia. Me separe de sus labios sin querer hacerlo realmente, aunque mis manos continuaban alrededor de su cadera, atrayéndolo hacia mí, pegándolo a mi cuerpo.

- Es hora de que comencemos nuestro viaje - le comente mientras besaba su coronilla, una de mis manos en su espalda la otra la lleve hasta su propia mano, y de esta forma le entregue mi regalo

- Una llave - dijo en voz baja, mirando el objeto y a mi constantemente

- Más bien, la llave de una camioneta - le aclare, note su mirada confusa - mi regalo de graduación, viajaremos a donde lo desees

- ¿un viaje en carretera? - me pregunto, una sonrisa formándose en sus labios, yo asentí

- A donde tu desees

- No puedo creerlo - escuche que murmuraba

Entonces el me beso, sus labios sobre los míos, un contacto tan familiar y un sentimiento como si fuese el primero. Una parte de mí se había encontrado algo temeroso de que aceptase mi regalo, pero sabía que en realidad él si lo deseaba, a Dong le agradaban los viajes y hace un tiempo, hace unos años, lo había mencionado, había mencionado la idea de un viaje de ese tipo, lo había dicho como si de un sueño inalcanzable se tratase. Cuando lo escuche supe que yo me ocuparía de cumplirlo.

Me ocuparía de cumplir todos sus sueños, después de todo, él sin siquiera tener la intención había cumplido los míos, saborear un amor único y especial.

- ¿A dónde iremos? - me pregunto sonriente, sus brazos en mis hombros

- A donde tus sueños te muestren


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