Hace unos días reí con él imaginar que quizá algún día ya no te buscaría o mejor aún ya no serias aquella persona de la cual justifique su indiferencia.
Sucedieron tantas cosas entre medio, tantas palabras no dichas, tantos silencios entre mezclados de agonía, tantas despedidas. Varias despedidas de las cuales nunca me iba. Siempre estaba, prevalecía. Pensando que quizás si aguantaba algo cambiaría.
Mirándolo desde lejos y siendo más crítica conmigo misma, me consume el saber que yací ahí, para vos durante años. Cerrandome a otras experiencias, a otras personas.
Y podría hablar de lo ciego que es el amor o lo ciego que es aquello que creemos que es amor. Porque yo nunca te ame, nunca te quise pero creí hacerlo. Y creí que tu indiferencia o tu condescendencia era fingida.
Hablemos de lo torpe que puede ser una adolescente.
Hoy ni me despido, porque no hay un adiós para algo que nunca fue. Solo agarro mi mano fuerte, muy fuerte y le indicó otro camino. Y la acompañó en lo nuevo, lo incierto, lo desconocido.
Vayamos juntas a la par, sin saber que nos puede esperar. Ya te gustaran otros ojos, otros brazos, otra personalidad.
Encontrémonos en lo nuevo, en lo mutuo. Y celebremos que al fin hicimos click. 🖤