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¿Hamburguesas?, ¡Pero qué diablos, si a él no le gustaban las hamburguesas!, es más, podía jurar que las odiaba, ¿Porque demonios tuvo que aceptar la invitación de idiotas que llamaba amigos?

La verdad es que, si lo deseaba, de hecho, lo anhelaba, poder platicar con él, no importaba lo que fuera, si eso le hacía feliz al chico.

"Eres patético realmente" - vaya que lo era, estaba parado frente al local con 30 minutos antes de la hora pactada, habían pedido ducharse después del entrenamiento e ir al local, pero estaba bastante entusiasmado, por ello su extrema puntualidad.

Se vio tentado en más de una ocasión en retroceder y llegar esos treinta minutos tarde, fingir que en realidad no dio vuelta a la manzana como por 10 veces y regresar con asombro diciendo "Oh vaya, parece que se me hizo algo tarde, tuve un ligero contratiempo".

- Idiota - se dijo con expresión cansada y molesta por su propia actitud infantil, no le gustaba ser así, nunca tuvo que ser así, ni siquiera por Jennifer, que, aunque ella había sido muy linda con el jamás logro cautivarlo tanto como con Stiles, y la verdad es que el chico ni siquiera había hecho algo, solo entrenaba del otro lado sin ser consciente del acosador que lo asechaba cada fin de semana.

Pero eso fue suficiente para que su mirada girara del otro lado de la cancha, recordaba ese primer día, había estado durante semanas en reparación el otro extremo del campo, todo tranquilo, justo el 02 de agosto fue cuando ocurrió, un pequeño jeep aparco en la acera del otro lado donde el estaciono su camaro, un grupo bajo de él, todos con un uniforme color vino y números blancos en grande, bastante visibles, primero bajo el del asiento de atrás, piel clara, pelo revuelto y ligeramente bajo, del otro lado un moreno con un guante en mano, pero el piloto, justo ese chico de playera con el numero 24 fue el detonante de su absoluta locura.

¿Porque?, bueno porque simplemente eso era, la más perfecta locura que pudo haberle ocurrido en su vida.

Apenas cruzaron la calle y entraron al campo notaron que no estaban solos, con un levantamiento de sus manos saludaron, se congelo, buen inicio, se recrimino unas quinientas veces después de eso, incluso cuando Boyd y Isaac le preguntaron que le sucedía continúo haciéndolo.

Siguió en la interrogativa de entrar y sentarse como un comensal normal o solo hacer su idea principal, si, mejor hacer su huida y regresar como todo un chico normal.

Dio media vuelta dispuesto marcharse momentáneamente cuando una vocecilla le acaricio el corazón.

- Gracias al cielo, creí que era el único que llegaba temprano - de nuevo su corazón se paralizo, ¡¿Porque demonios le ocurría esto solo a el?!

Stiles estaba parado justo en frente, llevaba unos jeans deslavados y converse rojos con una camisa del mismo color.

- Ah yo ... - ¡Con un demonio Derek reacciona!, se dijo mentalmente, su semblante serio lo salvo, justo como su hermana Cora solía decirle, cuando tienes esa mirada de maniático eres más simpático que cuando pones cara de estúpido, bueno, ahora comprendía a lo que se refería - Tuve tiempo suficiente, quería dar la vuelta antes de llegar al local - señalo con su mano la larga calle de locales muy atrayentes.

- Suena muy bien, ¿Te parece si te acompaño?, realmente detesto esperar, suelo matar el tiempo moviendo todo en la mesa y la gente piensa que estoy loco, pero se me hizo difícil no llegar antes pues Scott tenía que recoger a Allison del instituto antes de venir, ¿Espero que no les moleste que ella venga?, le dije que primero preguntara ... - se detuvo un minuto, otra vez lo hizo, hablar demasiado - Yo ... lo siento, sufro de TDAH - Derek alzo una ceja al no comprender - Trastorno por déficit de atención, soy algo, muy hiperactivo, lo que provoca que hable y hable demasiado.

Asintió comprendiendo, pero realmente no le importaba, al contrario, le gustaba saber un poquito más de él, aunque no fuera consciente de eso.

El tiempo se le fue volando entre los escaparates de los diversos locales al costado, el castaño había comenzado a charlar de su equipo de lacrosse, cuando era su próximo partido y lo extremadamente delicioso que era la pizza de piña con café.

- De verdad, deberías probarla, la piña oculta perfectamente ese sabor salado de la pizza, así que si cuenta como pan dulce - debatió asomándose a un cristal que exponía disfraces.

- No creo que cuente como pan dulce, de ser así, ¿No crees que las donas serian solo donas sin ningún otro ingrediente?

- ¡Exacto! - lo señalo - Justo por eso digo, ¿Porque solo crear algo de un solo sabor cuando puedes hacer variedad?

- ¿Porque es asqueroso? - no mentía, la primera y única vez que probo una "Dona", fue cuando Cora llego de Nueva York con una pequeña caja ofreciéndole algo delicioso, cuando la abrió la decepción quedo explicita en su rostro, una dona sin nada de azúcar y un pedazo de carne justo arriba fue lo que vio antes de tirar la caja al basurero sin importarle los reclamos de su hermana menor.

- ¿Asqueroso?, necesitas vivir más - apunto entrando a la tienda mientras él lo seguía.

Llegaron al estante de sombreros, todos muy coloridos y otros demasiado grandes, ¿Quién compraría un sombrero de manzana?

- Mira este - le pidió verlo, dios era tan asombroso como su pequeño rostro se veía radiante debajo de esas orejas de conejo - Una buena zanahoria - sonrió dejándolo en su lugar - Por cierto, nunca me dijiste tu nombre - trago sonoramente, el si lo sabía, de hecho, lo había investigado semanas atrás cuando el castaño tuvo que faltar por un resfriado.

Agradecía que el entrenador supiera caer rápido en cualquier platica.

- Derek - dijo luego de unos minutos.

El chico se acercó a su lado y con una enorme sonrisa como si lo que le hubiera dicho fuera lo más genial del mundo.

- Bien Derek, yo soy Stiles - se señaló - Ahora, creo que debemos regresar al local, ya debieron de llegar los chicos.

Paso por su lado encaminándose a la salida, su corazón comenzó a latir de una manera desenfrenada, como siempre lo hacía cuando se trataba de Stiles, pero esta vez era diferente, era como si deseara algo más, como si le pidiera hacer algo que no se atrevía.

- ¡Stiles! - lo llamo antes de que lograra salir del local, su mirada sumamente enfocada en lo que diría, ¿Pero tendría el valor de continuar lo que estaba pensando en hacer?

Al fin de cuentas estaban solos en esa tienda, una buena oportunidad de decirlo sin temor a ser rechazado frente a todos.

Empuño sus manos sintiendo un nudo en su garganta y una terrible opresión en su pecho, eso que sentía era amor, su único, genuino y primer amor.

Game LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora