• EPÍLOGO •

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Se deslizaba con cautela entre los arbustos, intentando ocultar sus movimientos lo que mas pudiese. Ya que sabía que cualquier cambio brusco sería muy notorio para él. Pues era demasiado bueno escondiéndose.

Por lo que debía ser sigiloso para lograr atraparle y vengarse de lo que le había hecho, minutos atrás en la cocina.

Pequeño travieso.

Pasó su lengua sobre sus labios, saboreando el dulzor que aquel merengue había dejado en ellos. A la vez que pasaba una de sus manos sobre su rostro, sintiendo como la crema se volvía pegajosa bajo sus yemas.

-Aghh- dijo frustrado. Omega malcriado.

Definitivamente tomaría venganza por ello.

Y es que el castaño se negaba a ser el perdedor en algo. Por lo que cada vez que él empezaba un juego, Jungkook frustrado le devolvía el doble y quizá el triple de lo que él había iniciado.

Por lo que era esperable de que luego que él le manchara la punta de su nariz con crema -"Jungkook tiene algo allí"- Y si, tal vez engañandolo un poquito -¡Espera amor era sólo una broma!- Bueno. Quedara con su rostro cubierto del merengue que el omega estaba preparando.

Ahh omega. Su dulce omega.

Aquel día era especial, por lo que Jungkook había decidido hacer un pastel para celebrarlo como se debía.

Jamás había hecho uno. Y siendo siempre los anteriores preparados por Sarang. Y aunque se sentía curioso, no se había atrevido jamás a hacerlo.

Pero después de cinco años y de ver desfilar pasteles de diferentes sabores y colores, se sentía preparado para hacer él mismo, el de su bebé más pequeño.

Su precioso bebé.

Y Taehyung suspiró, pensando en como todo había transcurrido tan rápido y su pequeña Moonbyul ya fuese una niña tan independiente.

A pesar de sus cortos cinco añitos.

Su bonita cachorra.

Sin poder evitar en rememorar el día en que habían regresado a Yeoreum. Él con su cuerpo bastante lastimado y Jungkook con su bebé en brazos. Ensuciados ambos con el hollín de las cenizas.

Y para nadie había sido fácil.

Mas aun cuando Taehyung comprobó que tanto Jimin como Hoseok no habían sobrevivido al incendio. Siendo la evidencia de ello, sus cuerpos carbonizados, hallados por soldados de Gaeul.

Y debían ser ellos, pues eran los únicos quienes no tenían registro de desceso. Y lo más importante, se encontraban abrazados bajo las cenizas.

Maldito infierno.

Y Taehyung ese día había llorado desgarradamente. Con su cuerpo liberando todo aquello que duramente había soportado y de lo que ya no creía estar preparado.

Nunca.

Aquel día había perdido mucho mas que un reino, muchísimo más que una corona. Había perdido a gran parte de su familia, incluso en sus propias manos al haberle quitado la vida a su tío.

Aquello se marcaría en su alma para siempre, pese a lo necesario que ello era.

Asi debía ser.

Y sintió a su omega hundido en la tristeza al igual que él, con las noches siendo angustiantes para ambos luego de lo ocurrido, tardando tal vez meses en asimilar que todo había cambiado.

Siendo su único consuelo aquel pequeño universo que estaban creando juntos.

Aquella estrellita que se mantenía con vida y les exigía todo de ellos.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐎𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄  ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ .•*¨¨*• ❀*̥ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora