Fifth contact ︴Love

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Amor es Roma al revés.

A Yoonoh y a mi nos gusta Roma.
Y los dos nos tenemos amor.

El amor por Yoonoh es como un conejillo,
es suave pero no puedes tocarlo, es dulce
pero no puedes probarlo, amarlo es tocar
el cielo en silencio, amarlo es sentir las
estrellas, la luna y sentir que tienes al
universo en el techo de la habitación.

Amarlo es querer ser suyo, es la alevosía
que vibra en mi pecho, amarlo es pensar,
soñar, creer, vibrar, llorar, reír y claro, es
entregar todo en una historia que no
es fantasiosa, amarlo es ser uno
con él, es querer su bienestar y
el mío es él, mi bienestar es
solamente con Jung Yoonoh.

Amo a Yoonoh en cuerpo y alma.

En las noches frías de invierno y las calientes de verano, nos volvemos uno sólo bajo los ojos
de la luna, es cuando él y yo nos unimos en un
mismo corazón, dos cuerpos se entregan al otro, y nuestros corazones palpitan al mismo
tiempo, es hacer de mi voz y la suya una canción, invitar a la cama, las sábanas y nuestra ropa a nuestro escenario de amor. Es gemir, jadear y chillar cuando él está en mi, cuando yo estoy sobre él, cuando se empuja tan fuerte como el amor se empujó en mi corazón. Amarlo en cuerpo significa que nos pertenecemos a pesar de los años, y que sí, que todos esos recuerdos de nuestros episodios de amor se hagan en su cuello y en el mío que luzcan de color morado, rojo, rosa y que parezcamos dos pequeños niños con mordidas en todos lados, amarlo en cuerpo es sentir sus dedos en mi espalda, mis brazos, es sentir sus piernas enredadas con las mías, su pecho contra mi espalda, poder oír sus latidos apresurados y los míos erráticos, escucharle respirar agitado y sudado mientras me susurra suavemente que me ama, que lo hago tan feliz, amar en carne a Yoonoh es llorar, porque me hace tanto bien, amar en cuerpo a Yoonoh significa un vínculo estrecho que fortalece el sentimental, amarlo es pensar que Dios te ha bendecido.

Amo a Yoonoh en alma.
Amo a Yoonoh en cuerpo.
Amo a Yoonoh con mi vida entera.





















































































Yoonoh leyó la última carta que había escrito Taeyong hace unos años, estaba sorprendido.

—Hyung, tu...

— Jung Yoonoh, siempre te he amado, desde los dieciséis y ahora a los veintisiete, siempre te querré y te amaré por todo el resto de mi vida. —Taeyong se agachó, sacó la pequeña caja de terciopelo negro y la abrió, dentro había una pequeña argolla de compromiso, no tenía alguna joya, sólo un delicado grabado en ella.— Yo, Lee Taeyong te propongo a ti Jung Yoonoh que te cases conmigo.

Era irreal que estuviera sucediendo eso, habían pasado tantos años juntos que era casi ilógico preguntar algo así cuando ambos sentían que ya se habían casado, se pertenecían tan firme y hermosamente que no podían ni pensar en una vida sin el otro. Yoonoh estaba anonadado, había ansiado este momento y había soñado en como le pediría matrimonio al mayor pero él se había adelantado, era cuestión de Yoonoh aceptar.

—Hace once años dije que sí quería ser tu novio sin saber qué me esperaba, once años después estoy aquí y digo que sí, acepto. Si quiero casarme contigo.

La sonrisa que iluminó el rostro de Taeyong sólo pudo hacer llorar a Jung, se levantó del suelo mientras besaba al menor y se separaba para ponerle el anillo de compromiso, un pequeño paso que los acercaba más a unirse legalmente, pues ellos eran uno mismo hace varios años ya.

Debieron de pasar once años, pero esos once años no fueron miel sobre hojuelas, habían baches y malos días, buenos días y muchas sonrisas, existieron momentos de tristeza y discusiones, pero el amor triunfó finalmente. Once años después, Yoonoh y Taeyong están finalmente comprometidos, tiene un niño adoptado llamado Jisung y cuentan con una casa donde el amor no falta, contrario a eso, sobra. Y lo puedes ver en cada pared, en las pequeñas notas del refrigerador, en los platos, la mesa, en todos lados hay amor, Taeyong ama (y amó) tan pura, sincera y devotamente a Yoonoh que el pasar de los años no pudo vencer ese lazo que los uniría hasta el final de sus vidas. Yoonoh amó (y amal) tan loca y bellamente a Taeyong que esa casa y ese niño son prueba de ello, ellos se amaron tan intensamente que incluso juraron que si morían, se amarían, el amor siempre vence.












































































— Papás, gracias por amarme tanto y por haberme hecho tan feliz, siempre los recordaré.

Jisung dejó flores en cada tumba para después ser abrazado por Chenle, estaba feliz que en los últimos momentos sus papás siempre demostraron su amor incluso después de estar ambos en el camino hacia la muerte, nunca dejaron de verse como la primera vez, murieron juntos después de vivir la vida soñada, se amaron tanto que su destino se escribió sólo, el amor de dos chicos que no tuvieron miedo a caer y lastimarse siempre y cuando estuvieran sujetados de la mano.

—Mis papás estarían tan orgullosos de vernos ahora.

Chenle depositó un beso sobre el cabello de Jisung y asintió, ellos estarían tan orgullosos y felices de ver que su hijo también encontró el amor.










































































































































































































































































































To: You.
From: Karen.

Gracias a todos los que se quedaron, los que amaron y apoyaron ésta pequeña historia de amor, gracias a Jung Yoonoh y a Lee Taeyong porque sin ellos "Irresistible" no existiría.

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