ONE SHOT- Parejas de Naruto

(NaruHina) ♥ ¡¿Un nuevo Uzumaki?!

La noche en Konoha había caído y cierto rubio andaba deambulando en las calles en dirección a su casa.

Naruto llevaba alrededor de tres meses ocupando el puesto de Hokage. Desde que el chico tenía memoria ésa siempre había sido su meta, su más grande sueño y finalmente lo había conseguido.

Se había convertido en todo un hombre y a pesar de haber logrado su cometido, el destino le había regalado tres maravillas más, una esposa que siempre estaría a su lado de forma incondicional y dos maravillosos hijos.

Naruto se sentía sumamente agradecido, él había crecido sin tener una familia, sin unos padres que lo saludaran al llegar a casa o alguien que pudiera esperarle con una sonrisa y cena caliente. Al inicio el Uzumaki tenía dudas, no sabía cómo ser un buen esposo y mucho menos cómo ser un buen padre, sin embargo poco a poco el chico se fue adaptando, brindaba su amor y éste era devuelto de la misma forma. Era más de lo que él podía haber soñado.

Arrastrando los pies por el porche de la vivienda, el rubio insertó la llave en la cerradura y ésta cedió dando un ligero "clic"

-Tadaima~- Canturreó, deshaciéndose de sus zapatos.

-Naruto-kun. Bienvenido.- La voz de su esposa lo recibió, sorprendiéndolo puesto que era casi media noche.

-Hinata. No tenías que esperarme despierta, es muy tarde.- Le dijo el chico, acercándose hasta donde su esposa para darle un pequeño beso en los labios.

-Está bien. Hace días que no te veo mucho, quería recibirte hoy.- Dijo la mujer, con una ligera sonrisa, sin embargo algo en ella estaba extraño, parecía... ¿Nerviosa?

-¿Hina, está todo bien? Luces algo extraña.- Observó el rubio. La ojiperla desvío la mirada y se sonrojó visiblemente, al instante el rostro de sus hijos se vino a la mente de Naruto. -¿Son los niños? ¿Están bien?- Preguntó ansioso, acercándose hacía las escaleras para subir a la habitación de sus hijos.

-No, no, ellos estás bien- Se apresuró a responder Hinata, sin embargo seguía sin hacer contacto visual con su esposo, cosa que no pasó desapercibida para él.

-¿Entonces qué es?- Volvió a cuestionar, tomando a la peliazul de la mano para guiarla hasta uno de los sofás.

-E-En realidad yo... Yo necesitaba hablar contigo d-de algo.- Naruto asintió levemente y esperó a que la mujer continuara hablando. –Hace unos días que... Que mi periodo no ha llegado.- Susurró, cerrando los ojos y esperando la respuesta de su esposo.

-¿Y eso qué significa? ¿Estás enferma?- Podríamos decir que el ser Hokage no siempre era sinónimo de ser muy inteligente.

-C-Cuando el período no llega y has... Has tenido relaciones sexuales probablemente pueda significar un... Un embarazo.- Explicó Hinata, mientras trataba de contener el nudo que se formaba en su garganta.

El rubio quedó en shock ante las palabras de su esposa... ¿Un bebé? ¡¿Hinata estaba embarazada?!

-¿Vamos a tener otro hijo?- Preguntó el chico en un susurro, aunque en realidad parecía que lo decía más para sí mismo. La mujer continuaba con la mirada en el piso. Aquello no estaba bien, Naruto recién iniciaba con su trabajo como Hokage, un bebé iba a ser una situación sumamente difícil, además estaba el hecho de que Boruto estaba a punto de iniciar sus clases en la academia y Himawari también era muy pequeña aún ¿Cómo iban a lidiar con un tercer hijo? Todos estos pensamientos se habían cruzado por la mente de la ojiperla desde que se dio cuenta que su menstruación estaba retrasada, ella siempre había sido una mujer constante, nunca tenía retrasos y las únicas dos veces que le había ocurrido esto fue cuando se había quedado embarazada, era de lo más que lógico que ella hubiera saltado directamente a la conclusión de un tercer embarazo.