La rubia estaba de nuevo con el celular en su oído hablando con el pálido que se encontraba en Londres aún.—Yoongi, entiende. Nuestras carreras están en juego, es peligroso poner nuestra relación sobre nuestras carreras.—Dijo la rubia dandole otra vuelta a la habitación.
—Joder, ¿lo que me quieres decir es que no me querés?—suspiro tras la línea.— Yo te amo más que a nada en este puto mundo, me cambiaste, me hiciste mejor persona y ahora me quieres dejar. Te amo Verona, Te amo.—escuchó sus sollozos tras la línea.
—Yoongi, creo que es lo mejor. — primera lágrima—Por favor no llores, no lo hagas porfavor.—Segunda lágrima.—No llores por una persona como yo, que te partió el corazón y no tiene el valor de decir lo que siente.—Tercera lágrima.—No llores, odio verte así, no llores por mí.—Cuarta lágrima.—Te amo.— Colgó.
✴✴✴
—Te amo mucho Verona.—solto el celular dispuesto a llorar.
—¿Yoongi?—Se escucho la voz de Tae al otro lado la puerta.—¿Que te dijo?—pregunto sin abrir la puerta.
No se volvió a escuchar la voz del de sonrisa cuadrada, entre esas cuatro paredes se encontraba el pálido llorando en su cama y sus sollozos retumbar en la habitación. Tenía el corazón roto, estaba roto. El amor de su vida, su secreto y su pecado lo había dejado.
—Te amo mucho.—dijo para el con un suspiro al final.
✴✴✴
—Perdoname.—Dijo la rubio para deslizarse en la pared de su habitación y comenzar a llorar sola.— te mereces a alguien mejor.—suspiro.
La rubia se lamentaba de haber hecho eso, no quería dejarlo nunca, lo amaba, pero no quería arruinar la carrera que le había costado 6 años formar con sus amigos que ahora son su familia. Todo lo que había construido su actualmente ex novio, estaría en la basura por su culpa.