Ahora tenía que averiguar dónde se encontraba el Bar de Black Street, nunca salía de casa, para lo único que salía era para los encargos de mamá y trabajos de la escuela, sólo algunas veces iba a dar un paseo por la ciudad sin compañía alguna, pero ahí iba yo, Louis Tomlinson, el chico más tonto y nerd del maldito colegio, por su maldito celular que se cayó en el maldito salón, del maldito colegio de la maldita ciudad.
Caminé fuera de mi casa, no saludé a nadie, ni siquiera a mi perro, hacía frío y ya había avanzado cuatro calles: Brown Street, Yellow Street, Green Street, ¿Acaso todas éstas calles tenían que tener el nombre de un color? Que tontería, creo que quien puso el nombre a las calles estaba sumamente aburrido, pobre tipo.
Black Street.
Al fin dí con la calle, y temblé de frío, inútil que olvida un abrigo, inútil.
Bar Principal, decía el nombre del lugar acordado, entré y habían demasiadas mesas, era un lugar grande.
La cuestión era... ¿Dónde estaba el chico de rulos? Dirigí mi mirada hacía el lado izquierdo del lugar, habían estudiantes de mi salón. Perfecto. Se acercaban a mí. Doblemente perfecto.
-¡Hormiga! ¿Esperas a tu novia imaginaria? -dijo un chico, realmente no recuerdo su nombre. Expresandose de manera burlona.
-No es de tu incumbencia. -respondí seco.
-Aparte de hormiga, eres un amargado niño imbécil.
Hasta aquí maldito infeliz.
-Deja de portarte como un bebé John.-La voz ronca masculina que podía reconocer. Su voz: Era Harry
Estaba detrás mío, puso una mano en mi hombro como una señal que podía decirme: Calma, aquí estoy.
-Lo siento Harry no sabía que ese idiota era tu amigo.
Ahora sí maldito.
-¡Cierra tu maldita boca! -me fui encima de él y lo empecé a golpear en el rostro, las personas que estaban en el bar me miraban golpeando al tipo, después que le saqué sangre me levanté y él salió huyendo de ahí, lo había asustado, já, marica.
-¿Qué diablos fue eso? -Harry me miró sorprendido.
-Yo... lo siento, es que a veces no me puedo controlar, bueno... él... se lo buscó -dije entre pausas.
-Eres extraordinario, nadie le ha podido golpear, ni siquiera yo, pero tú, tú lo has hecho, en serio me dejaste sorprendido, tienes mucho valor. -me dedicaba grandes sonrisas.
-Yo... no sé que decir. -admití.
-No digas nada, mejor toma tu celular. -me entrego mi móvil- Te juro que no vi nada, sólo llame a tu casa para que te lo pudiera entregar.
-No hay problema.
-Oye Louis...-me miró pensativo
-¿Sí?
-¿Por qué no hablas mucho?
-Nunca he sido de muchas palabras. -le contesté honestamente.
-Es que tienes una voz aguda que nadie más tiene, no me lo tomes a mal pero me gusta tu voz.
-No te preocupes, es normal que nos guste algo de las personas, por ejemplo, a mí me gustan tus rizos.
-¿Enserio?
-Claro, me gustaría por un momento tenerlos, pero creo que tienes que cepillar varias veces.
-Sí, un poco.
Y ambos nos miramos y sonreimos, que locura... jamás creí que me volviera loco por él... jamás.
Pasaban los días tan rápido que ni siquiera me había percatado lo mucho que amaba estar con Harry, ha pasado un mes desde aquel día que lo vi entrar por la puerta del salón de clases, debo confesar que conocerlo fue una casualidad, la mejor casualidad de toda mi vida.
- Boo, ¿quieres ir a mi casa hoy?
- Eh, claro Hazz, ¿Todo está bien?
-Tengo algo que mostrarte.
-¿Algo que mostrarme? -pregunté confundido.
-Ajá, un objeto como un pequeño secreto, un secreto nuestro. -su mirada me invadió, estoy muy nervioso y tiemblo ¿acaso esto es normal? No lo sé-Louis, tienes cara de que quiero violarte.
Reímos, reímos mucho, en verdad reímos sin parar, su risa era el mejor sonido que había escuchado. Él renunció a muchas cosas sólo por mí.
-Harry ¿puedo preguntarte algo?
-Lo que sea
-¿Por qué ya no hablas con tus amigos?
-Ah-suspiró-pues verás hay personas que no merecen estar en un pequeño pedazo de mi corazón, creo que ellos no aprovecharon su pedazo, así que es problema suyo.
-Eres muy valiente, pero dime, ¿fue por mí? ¿Renunciaste a toda tu popularidad, fama, amigos, privilegios, sólo por mí?
-Ha sido un grandioso mes de conocerte y no cambiaría nada por ninguna de esas cosas, te tengo a ti y tú estás conmigo sin pedir fama a cambio, si preguntas qué si es por ti, rápidamente digo que sí.
