¿Qué? Esto debe ser una especie de broma de mal gusto -dijo Hugo- debo estar soñando. Dijo esto después de recibir una carta en la que le informaban que estaba pasando por el proceso de una denuncia, y adjunto a esto, una orden de alejamiento de su esposa.
Entonces, sin pensarlo dos veces se fue a su hogar, dejando su trabajo atrás e ignorando los regaños de su jefe; no le importaba nada, sólo quería aclarar todo lo que estaba pasando y despejar todas esas ideas que se creaban por su cabeza.
Llegó, golpeó la puerta de su casa esperando a que Margaret, su esposa la abriera; de repente escucho unos pequeños pasos que se aproximaban a la misma, y entonces, abriendo la puerta lo recibió Rouse, su pequeña hija de 6 años.
- ¿Qué haces aquí? Debes irte, no puedes estar junto a nosotras.
-¿De que hablas mi princesa? ¿Por que dices esas cosas?
- Porque no puedes acercarte a mi, mami me dijo que no lo haga. Así que vete por favor papi, luego van a venir esos hombres y te llevarán con ellos. -dijo esto mientras cerraba lentamente la puerta-
- No, no me iré -dijo Hugo mientras detuvo puerta con su mano- quiero ver a tu madre, ¿Donde esta ella?
-No te puedo decir, Chao papi.
Dicho esto cerró la puerta, dejando a Hugo fuera de su propia casa. Miró hacia la derecha y encontró 2 maletas, las revisó y encontró toda su ropa.
Lo único que pudo hacer es reprimir su rabia, agarró sus maletas y se dirigió a un hotel.
- Todo esto es culpa de ese maldito, pero se las va a ver conmigo...
Dicho esto, se dirigió a un hotel, dejando sus maletas y pertenencias allí, y luego de esto se dirigió a la casa de aquel hombre, ese hombre que estaba seguro que le había arruinado la vida y no se iba a quedar de manos cruzadas.
Mientras se dirigía a la casa de este hombre, iba pensando en lo que su hija había dicho momentos antes. De seguro esos "hombres" a los que se refirió eran los policías que habían hecho aquella carta y aquel alboroto, pero, ¿Por que no podía ver a su esposa? No lograba entenderlo.
Llegando a aquel departamento llamó a la puerta, y lo recibió su viejo amigo Bratt, bueno, ahora su ex-mejor amigo.
- Infeliz ¿que le has hecho a mi vida? Ahora me quieres quitar a mi esposa.-dijo Hugo mientras estallaba toda su furia reservada la desquitaba con Bratt- Quiero que te alejas de mi esposa, no quiero verte denuevo con ella.
- ¿Para que viniste a mi casa? ¿Para regñarme como si fueras mi madre? No voy a renunciar a la mujer de mis sueños Hugo, tu me la robaste una vez, aprovechandote de mi accidente, yo debería odiarte, pero eso ya lo deje en el pasado, ahora lucharé por mi amor y no vas a poder hacer nada al respecto. Ella me ama a mi, tu sólo eres la otra persona.
- ¿Amarte? ¿Crees que ella te ama? Si te Amara no pondría una denuncia en contra tuya.
-No la puso sólo por mi, también es por ti.
-Deja en paz a mi y a mi familia, entiende ella no te ama más -dijo esto estallando en lágrimas- quiero volver a mi vida, en la que tu no existías, en la que todo estaba bien.
Diciendo esto se retiró de aquel departamento, dejando a Bratt en el suelo, con lágrimas empezando a brotar de sus ojos, recordando sus días de romance con Margaret; cuando de niños compartían aventuras y juegos, cuando eran felices juntos y cuando Hugo era el mejor amigo de ambos; al recordar todas estas cosas llenaban su mente de alegría, pero a la vez de mucho dolor, al pensar que eso tal vez no pueda volver a pasar, que por lo que estaba luchando, su amor verdadero, tal vez no lo ame como dijo Hugo; pero no iba a permitir que le arrebaten a su amor verdadero, no ahora que puede luchar por ella.
ESTÁS LEYENDO
La importancia de vivir
RomanceLa trágica historia de un chico llamado Bratt, el que después de un accidente perdió al amor de su vida; después de unos años intentará conquistarla, pero los grandes obstáculos y problemas que se le cruzarán hará que sea difícil que su plan result...