>> El Monte Ebott.
Pov Reader.
Ya llevamos un rato caminando, ninguna a dicho palabra alguna, pero apesar de eso creo saber a donde me lleva, estamos de camino al orfanato. Seguimos un rato más cuando porfin lo logre divisar, tenía razón.
Ella me dejó entrar primero, y al dar apenas un paso la entrada se lleno de niños, no literalmente, pero eran bastantes, decían un montón de cosas, entre ellas un nombre, "Bienvenida Sr.Claudia" "¿Sr.Claudia va a terminar de leernos el libro?" "¡Sr.Claudia Matias me a escondido mi muñeca!" Era las cosas que lograba escuchar.
Cuando los niños se percataron de que no era la persona que esperaban su expresiones cambiaron, parecían asustados y se alejaron unos pasos de la entrada, menos uno, este me miro de manera sería y de brazos cruzados, ¿acaso querrá intimidarme? Pues no lo esta logrando, en lo absoluto.
— ¿Quien es usted?. — Pregunto, bueno, al menos es cortes al llamarme por "usted" o eso creo. Yo en cambio no dije ni una palabra, lo cual pareció molestarle, ya que note como arrugó su frente. — ¡Le he hecho una pregunta!. — Retiro lo dicho, y ahora soy yo la que esta comenzando a molestarse.
Por suerte "Claudia" intervino, entrando al apenas escuchar el pequeño gritó, mirando de manera regañante al pequeño.
— Tranquilo Juan, yo la invité. — A pesar de su mirada, hablaba con una voz calmada, y con esas simples palabras los niños se habían calmado, o almenos la mayoría, uno que llevaba ropajes rojos se acercó a la chica, pasando totalmente de mi.
— ¿Por que la trajo señorita Claudia?.
— Esta herida, y le prometi curarla, no tengan miedo de ella, yo creo que es alguien buena, no les hara daño. — Y le sonrió al niño, yo, por otra parte, estaba ligeramente nerviosa y algo desconcertada, ¿como podía decir que era alguien buena si nisiquiera me conocía? Pude haberla atacado en cualquier momentos si, según yo, hacía un movimiento extraño. — Ven jovencita, sigame. — Me guió asta un pequeño sillón en donde me pidió que me sentará y la esperará.
Los niños siguieron con lo suyo, yo solo observaba, y así paso un poco el tiempo, o eso asta que una pequeña con una muñeca de trapo en brazos se me acercó y se sentó al lado mío.
— No ha respondido la pregunta de Juan, aunque lo entiendo, yo tampoco la respondería si me hubiesen hablado así. — Abrazo la muñeca para después voltearme a ver. — ¿Puede decirme cual es su nombre, por favor?.
Suspire, mi nombre, no lo he dicho en mucho tiempo, este momento debía de llegar, tarde o temprano, supongo.
— Tn, mi nombre es Tn.
— ¿Tn? Es un bonito nombre, el mío es Emily, es un placer conocerla Sr.Tn. — Sonrió, justo cuando estaba por decir algo llegó Claudia con un pequeño botiquin en mano, ¿tanto tardo?, no es que me este quejando, es solo que hace unos. . .¿veinte minutos? Que se había ido.
No dije nada, ella simplemente se sentó al otro lado mio y dejó el botiquín en sus piernas.
— ¿Puedes prestarme tu brazo?. — Me pregunto estirando su mano mientras que en la otra traía un algodón.
Algo insegura estiro mi brazo, este tenía varias cortadas, pero eran pequeñas, aun no logró recordar muy bien como fue que me caí, asta me siento muy tonta justo ahora.
Claudia puso algo de alcohol en el algodón, después lo paso por mi brazo, dolía, pero no era tanto como antes solía hacerlo. Pasaron unos cuantos minutos cuando porfin término de curarme, vendabo al final mis brazos.