Capítulo único.

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Al fin había llegado el momento.
Que Aziraphale atrapara el ramo en la boda de Anathema puede que no haya sido una coincidencia; ya saben, el Gran e Inefable Plan de Dios.

—Debo admitir que estoy algo nervioso — dijo aquel ángel —. ¿Y si hago algo mal?

—Tranquilo, todo va a estar bien — le aseguró Anathema con una sonrisa en su rostro.

—Sí, tienes razón — sonrió nervioso.

Por otro lado, en el departamento del demonio no se escuchaba ni se veía algún movimiento, haciendo parecer que Crowley no estaba ahí, sin embargo, el Bentley seguía estacionado fuera.

Y, en su silla, el demonio se encontraba pensativo, hace horas que estaba listo, pero algo lo perturbaba.

¿Realmente podrían ser felices? Es más, ¿si quiera podrían casarse?
Es decir, ¿una boda entre un demonio y un ángel? ¡Es una completa locura! Claro que los humanos no lo saben, bueno... No todos los humanos lo saben, pero se suponía que eran enemigos jurados...

Si el Cielo y el Infierno se enteran, ¿qué harán al respecto? ¿Harán algo sin darle tiempo al demonio de salvar a su ángel? No podría saberlo...

¿Y si Dios se enteraba? No es que al demonio le importara mucho el Todopoderoso, pero para Aziraphale sí que era importante... ¿Qué haría Él al enterarse?

Crowley sólo se preocupaba por nada, puesto que Dios sabe muy bien sobre la relación entre ambos y, aunque no se los haya dicho, su relación había sido bendecida por él.

—Mierda... — dijo en un tono bajo.

Se levantó de su silla y decidió de una vez salir a casarse, sin importarle qué o quiénes vinieran a tratar de impedirlo.

...

La ceremonia comenzaría pronto, por cuestiones con el demonio, la ceremonia sería realizada al aire libre. Crowley estaba listo, esperando a que su hermoso ángel apareciese y comenzase todo.

Los invitados a la boda eran realmente pocos, Ellos estaban presentes, también Anathema y Newton y por supuesto que no puede faltar el señor Shadwell y Jezabel.

Aziraphale tomó aire y apareció en el campo visual de todos y con el primero que hizo contacto fue con su amado, poniéndose nervioso y entusiasmado al mismo tiempo.

"Ya es hora" pensó el ángel mientras caminaba para acercarse a donde el demonio se encontraba.

Sin embargo, antes de pudiera siquiera llegar, Gabriel y Belcebú aparecieron y digamos que sus expresiones no eran muy... Felices.

—Lord Belcebú...

—Crowley — contestó.

—¡Aziraphale! Qué gusto verte... — dijo sarcásticamente el arcángel.

—Diría lo mismo, si es que supiera que de verdad lo sientes... — se limitó a contestar Aziraphale.

Todos los invitados y el padre habían sido detenidos en el tiempo para que jamás supieran lo que estaba sucediendo.

—¿Y bien? ¿Qué hacen aquí? — preguntó el demonio con gafas de sol mientras intentaba acercarse a su ángel siendo bloqueado por Belcebú.

—Bueno, por más que no pudimos destruirlos...

—Y que los dejamos tranquilos

—Eso no significa que vamos a permitir esto — terminó Belcebú.

Tanto Aziraphale como Crowley tragaron saliva. Ninguno de los dos podría haber adivinado lo que iba a suceder a continuación.

—Aziraphale... Él quiere hablar contigo — declaró el arcángel.

Una unión prohibida; bendecida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora