Come Back Home

Chaerin:

-Dará.. Realmente no puedo estar contigo, no puedo, simplemente ya no quiero..

-Tu.. ¿Tu dejaste de amarme, estas diciendome que te irás, Estas dejándome Lee Chaerin?

-No~ No ¡Sigo amandote! Pero es distinto ahora; ya no podemos estar juntas.. Si, estoy dejandote Dara.

-¿Por que? ¿Es porque ya no me amas?

*Había olvidado lo tonta que era Dara con estos temas, por más que le explique que sigo amandola; ella no lo entendera y pensara que ese es el motivo cuando realmente no lo es..*

-Lo siento, si, es por eso Dara, ya no te amo. No quiero estar más contigo, no quiero volver a verte. voy a irme, ya termine..

Trate de hacerlo lo más corto y sonar lo más sincera posible. Me levante de la silla rápidamente para salir de ese hermoso restaurant en donde la había citado, me dirigí hacia la puerta para salir sin voltear a verla porque sabía que si veía su cara, su hermoso rostro llorando, no hubiera podido irme.. Tres pasos para llegar a la salida cuando escuche su grito:

-¡Chae~ yo te sigo amando! ¡No me dejes, no así, no te creo, no creo nada de lo que dices!.- 

Se levantó y corrio hacia mi poniendo sus manos en mis mejillas sujetandome firmemente mientras me miraba con sus hermosos ojos cristalinos a causa de las lágrimas que intentaba retener.

-Chaerin, pase lo que pase lo solucionaremos juntas ¿si? volvamos a nuestra casa, hablemos con calma, ¿vale? Todo estará bien vamos~.

-¡Esa ya no es nuestra casa! Nuevamente vivirás sola, enviaré a alguien a buscar mis cosas mañana ¡no te veré más Dara! dije que ya no hay nada más que decir, Adiós..-

Tome sus manos y las retire de mi rostro y le di un pequeño beso en sus mejillas mojadas, sabía en el Fondo que ese sería el ultimo beso que le daría a la mujer que amaba, y odiaba que fuera en la mejilla.   Salí lo más rápido que pude de ahí para no oir que dijera algo más y hacer esto más doloroso de lo que ya era. 

Yo también seguia amandola; amaba cada parte de Dara, la amaba más que a mi vida, pero al saber que me quedaba tan poco tiempo de vida decidí que me iría lo más pronto posible lejos de ella para que no sufriera, no quería que me viera en mis últimos días, quería que me recordará como siempre fui.

Me negaba rotundamente a dejarle un recuerdo a ella de mi enferma, no quería que me viera debil y la verdad ya había ocultado esto por varios meses pero ya no podía más, cada vez me iba haciendo más débil y el doctor me confirmó que me iría pronto, preferí que me odiara por dejarla y que en un tiempo dejara de odiarme, a que sufriera mi muerte y dejar este hueco en su vida, esto me dolía más a mi que a ella, ella me hacia tan feliz, yo solo quería cuidarla, pero a mi lado no hubiera podido estar bien, me lo digo a mi misma para convencerme -Esto lo hiciste por su bien, sabes que estará mejor sin ti y sabes las razones, no la arrastres a este infierno contigo-.

Dara:

Llore, todo lo que hice fue llorar. Me dolía tanto todo; sentía que mi pecho ardía, estábamos tan bien, todo parecia marchar perfecto pero al parecer no todo era perfecto para ella, supongo que se aburrió de mi, llevábamos tantos años juntas que tal vez después de cinco años se aburrió de ver mi cara todas las mañanas al levantarse y todas las noches al llegar del trabajo, supongo que no fui lo suficientemente buena para ella, no lo se, no puedo entender porque se fue y lo peor es que ya han pasado dos años y sigo cuestionandomelo.

Decidí salir a dar una vuelta por la ciudad y sin querer mis pies me dirigieron a un parque que siempre solía visitar con Chaerin, aquí fue donde me propuso ser su novia, todo fue tan hermoso y ahora sólo son recuerdos amargos.  Me sente en uno de los banquillos del parque, solo cerré mis ojos y respire profundamente, podía escuchar el ruido ajetreado de la ciudad junto con el viento silencioso que golpeaba las hojas de los árboles, amaba tanto escuchar la naturaleza; cuando venía con Chae soliamos hacer esto, sentarnos tomadas de la mano y solo escuchar y sentir el aire fresco en nuestros rostros yo solía decirle que no importaba que lugar visitara, no se sentiría tan bien si no estaba ella a mi lado sujetando mi mano, y ella solia responderm...

-No importa a que lugar quieras ir siempre iré contigo para sujetar tu mano.-  Abri mis ojos sobresaltada por escuchar estas palabras, sentía que estaba volviendome loca por escucharla. Mire hacia al frente y note como me miraba con una pequeña sonrisa en el rostro y como sujetaba mi mano con la suya

-Hola Sandara, Me alegra verte y más en este lugar, te he extrañado.

No podía creerlo, no podía creer que después de dos años ella estuviera parada frente a mi sujetando mi mano, mi corazón latía rápidamente, mis manos sudaban, sentía que iba a desmayarme, no importaba cuanto tiempo hubiera pasado, yo aún seguía amandola como el primer dia; ella lucia tan hermosa, solo quería saltar y abrazarla, había tenido ganas de abrazarla desde el día que se fue.
Pero no podía; no podía olvidar lo que me hizo, como me dejó y desaparecio sin explicarme nada, como si no hubiera merecido al menos una explicación por todo lo que vivimos juntas. Tome su mano y la quité de la mía, y me pare rápidamente para irme,  si yo no mereci una explicacion esa vez, ella no merece que yo le responda si quiera. Pero al igual que yo esa vez, ella grito:

-¡Sigo amandote Dara!, lo siento, siento haberte dejado así, siento todo lo que dije, siento haberte mentido y dicho que no te amaba, pero realmente te amaba y tu lo sabias, sabias que te estaba mintiendo, pero debía dejarte; al menos por un tiempo. Si me perdonas juro que iremos a nuestra casa y hablaremos de esto y te explicaré todo lo que quieras ¿vale?

No podía siquiera procesar lo que estaba pasando; esto se sentia tan irreal, tal vez debi hacerme la fuerte y seguir caminando sin voltear como ella lo hizo, pero la verdad es que quería escucharla, quería saber porque me mintió y tuvo que dejarme, pero sobre todo seguía amandola y quería estar con ella. Así que corrí y me lanse a sus brazos

-Iremos a nuestra casa, y voy a escuchar todo lo que tengas que decir; pero si vuelves a mentirme, si vuelves a dejarme, juro que te mataré Chaerin!.- 
Cuando termine de decir esto ella solo sonrió y me abrazo fuerte para luego despegarse un poco y besarme.

Dios~ extrañaba tanto sus labios; extrañaba tanto sentirla, sentir su calor, saborear su lengua. Succionaba mi labio inferior como si fuera la primera vez que lo hacia; lo hacia tan fuerte y desesperada, me uni a ella y succione su lengua para chuparla y luego jugar con ella, no hacia falta intentar coordinarnos, nuestros labios eran como piezas de un rompecabezas, y Dios sabe que nosotras encajabamos tan bien, nos besamos tanto que casi ni podíamos respirar, pero yo necesitaba más, y sabía que ella también; la necesitaba a ella desnuda encima de mi, necesitaba que besara más que solo mis labios, y no quería parar de besarla pero debía parar o de lo contrario hubiéramos muerto asfixiadas, me separe lentamente y abri mis ojos para mirarla otra vez, ya me hacia falta ver su rostro, había deseado verla por tanto tiempo..

Pero cuando los abri...Ella no estaba allí; voltee a los lados en busca de Chaerin pero ella no estaba por ningún lado, lo único que veía era personas sentadas y otras caminando; me desespere, seguí viendo alrededor y sola veia árboles y de más, pero nunca a ella, ojala no hubiera abierto los ojos, entonces ella seguiría conmigo.

Fue ahí que mi corazón se detuvo y las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas una vez más. Pensé que después de este tiempo ya podría olvidarla, pero no era así, su presencia en mi interior seguía tan viva que mi imaginación recreo un evento que mi corazón quería que pasará, pero no fue así. Ella realmente nunca volvió, nunca me beso, no me abrazo, nunca dijo que seguía amandome, no me dio explicaciones y al parecer nunca lo hara.

Ella ha sido lo primero que pienso al levantarme todos los días, tal vez un día me levante y este dolor en mi pecho dolerá menos y otro día será lo segundo en lo que piense y ella dejara de ser mi prioridad....tal vez.

Me pare del banquillo y me dirigí a nuestra casa, era lo único que me quedaba de  ella, y ella ya no estaba, así que ella tenía razón aquella vez, esa solo era mi casa, ahora yo estaba sola nuevamente.

Quise ir a mi casa y ella no estuvo ahí para sujetar mi mano.

Fin.