El Búho

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Es de noche y en un bosque se encuentra una criatura con alas en la copa de un árbol observando cuidadosamente una aldea a lo lejos mientras dice para sí mismo — Muchas veces ocurren acontecimientos, sucesos, historias que se convirtieron, se convierten y se convertirán en cuentos pero estos a su vez son relatados, relatados de maneras increíbles al momento de comunicarlos de manera oral o escrita, en ocasiones no podemos saber si son ciertos o falsos debido a que el contexto original se pierde con el tiempo. Los cuentos tienen un poder inimaginable, capaces incluso de decidir entre la vida y la muerte. Casi nadie es capaz de comprender aquello y por eso mismo perecerán...

En cierto lugar remoto existe una pacífica y agradable aldea rodeada de un gran y frondoso bosque. Ahí vivía una familia común y corriente, como cualquier otra. En aquella familia vivía un niño de 12 años de edad llamado Nistchi de complexión delgada, ojos obscuros y cabello negro como la noche, y como todo niño, era alguien curioso, distraído y algo ingenuo. La madre de Nistchi era una mujer delgada, cabello rizado color café, de estatura promedio, de tez blanca, ojos grises y con una hermosa sonrisa que transmitía una calidez inimaginable con solo verla. Era una mujer amable que cuidaba y mimaba mucho a Nistchi pero detrás de esa mascara de amabilidad existía una persona estricta que le prohibía salir en las noches para protegerlo como cualquier otra madre lo haría, pero más que ser estricta era una costumbre un tanto peculiar del pueblo debido a que todos los niños al igual que Nistchi, evitarían salir por la noche.

Su padre era alguien alto, de tez morena, de complexión robusta y su principal cualidad era la de ser alguien sumamente hábil y siempre le decía a Nistchi que para vivir bien uno tenía que trabajar por eso él era entusiasta y trabajador en el campo, dando un buen ejemplo para su hijo por medio de acciones dejándolo más allá de simples palabras. Ya que desde muy temprano iniciaba sus actividades, arreaba las vacas, limpiaba la maleza y en ocasiones regresaba con uno que otro conejo o liebre que él mismo cazaba, era muy bueno con el arco.

Un día Nistchi se aburrió y se empezó a mover en todas direcciones dentro de su casa buscando algo para entretenerlo, hasta que encontró una caja hecha de madera, era algo grande. Por lo tanto, incitó su curiosidad en gran medida pero lastimosamente no fue capaz de abrirlo, la caja necesitaba una llave. Así que Nistchi decidió esperar a su padre para preguntarle. El momento llegó, su padre había regresado así que le comentó sobre la gran caja que él había encontrado. Su padre gustosamente le mostraría lo que había dentro, al abrir la caja, se podía apreciar algo filoso y puntiagudo, eran armas, había una espada y una lanza de metal.

Su padre le contó que esto no era suyo sino del padre de su padre, es decir, el bisabuelo difunto de Nistchi. Algo sumamente extraño que le dijo su padre era que no solo él tenía armas, la mayoría de pueblo tenía una o dos. A pesar de que el metal no era raro pero tampoco era algo barato y se podría decir que es algo inaccesible para cualquiera del pueblo. La atención de Nistchi fue fuertemente atraída por estos objetos, sobretodo la espada. Nistchi como todo gran soñador, recordó esas efímeras historias de leyenda que le contaba su madre antes de ser capaz de conciliar el sueño.

En aquel instante la imagen del héroe la impregnó profundamente en sí mismo. "El héroe que lucha con demonios arriesgando su vida para salvar la humanidad", la frase con la que iniciaba la historia llegó a su mente, quería ser como él.

Así mismo, en ese momento el decidió que a partir de entonces entrenaría para cumplir su sueño y le dijo a su padre con mucha emoción — ¿Puedo usar la espada? ¡Quiero usarla para derrotar demonios y salvar a la humanidad! Su padre carcajeaba mientras lo veía diciéndole — ¡Claro, intenta agarrarla! Nistchi intentó una vez, no pudo levantarlo y pensó que tal vez no había usado mucha fuerza, intentó nuevamente usando toda la fuerza que tenía pero ni siquiera lo había movido un poco, era realmente muy, pero muy pesada para él.

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