Prefacio

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Domingo, 02 de Diciembre 2018

Sur de Alemania

3:00 a.m


Verlo en el centro de la carretera con su rostro cubierto de la espesa sangre, me provocó el peor sentimiento que jamás sentí

El automóvil en el cual se transportaba se encontraba completamente destruido, el parabrisas tenía un gran agujero donde el joven salió disparado por el impacto.

Volví nuevamente mi vista hacia la victima del accidente...

Él luchaba por mantenerse con vida. Levantando su ya ensangrentada mano en mi dirección, esperando sentir mi cercanía.

Me acerqué con pasos lentos y cautelosos al joven, me arrodillé a su lado y como pude lo tomé entre mis brazos.

Sus ojos, de color poco común, me miraban tan profundamente que removieron todo en mi interior.

Con dificultad, levantó una última vez su mano para presionarla con poca fuerza sobre mi mejilla izquierda.

-Yo lo s... -empezó a susurrar, pero lo detuve.

- Shh guarda tus fuerzas, no hables, pronto llegará la ayuda.- le contesté suave, mientras buscaba mi celular en el bolsillo

Saqué el celular y realicé la llamada a emergencias.

-Lo sé todo -mencionó con dificultad, se removió un poco entre mis brazos- las cosas no son lo que parecen, y tú mejor que nadie lo sabes, Lie.

Lo vi derramar un par de lágrimas, estas resbalaron por su mejilla hasta caer donde se supone debía haber asfalto, pero no había nada más que un charco de sangre.

-¿Qué quieres decir? -silencio sepulcral, pero luego continuó-

-So-solo traté de ayudar, Li-lie..b. -No terminó de hablar y en lugar de eso, un último aliento salió a flote-

Sus ojos que hace un momento con gran esfuerzo se encontraban entrecerrados, se comenzaban a cerrar lentamente.
Y el tacto tibio que sentía de su mano sobre mi mejilla, dejó de sentirse.

EISENBERG | español ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora