Ruta Rayan. Corazón de Melón en la Universidad.

Episodio 15: Noria emocional

VRRRR...

R: ***Nunca debimos haber vuelto de la playa el sábado pasado... deberíamos haber cogido el primer avión que nos llevara a San Francisco, para ir después al lago Tahoe. Dormir bajo un manto de estrellas en la orilla del agua transparente del lago.***

S: (Rayan siempre sabe encontrar las palabras para desencadenar una tempestad en mi interior.) ***He estado toda la tarde pensando en ti... todos los momentos son buenos para pasar tiempo contigo. Iremos a San Francisco cuando quieras... nunca he estado allí.***

R: ***Yo, igual... me encantaría visitar esa ciudad contigo.***

S: ***Tenemos que encontrar alguna manera de vernos durante las vacaciones... sería estúpido no poder disfrutar de todo nuestro tiempo libre por eso.***

R: ***Estoy pensando en las mil y una maneras de vernos, sí. Tengo ganas de verte...***

S: ***Me muero de ganas de verte.***

R: ***He pasado toda la semana rememorando el sábado pasado... y... ese beso, en mi coche.***

S: (Una oleada de calor me ha atravesado el pecho para descender hasta mis muslos.) ***Sí, yo también he pensado muchas veces en el...***

R: ***Te mantengo al corriente, pero nos veremos. Los profesores de la facultad aún están con las reuniones para presentar los programas y hablar de los estudiantes hasta mitad de semana... la última reunión es el miércoles por la tarde y me temo que terminaré tarde, podríamos vernos después...***

S: (He pensado que... no vamos a estar en la feria hasta las tres de la mañana. Nos podríamos ver después.) ***Sí, tenme al corriente. No puedo esperar a verte.***

R: ***Buenas noches... hasta pronto.***

S: (He colocado el teléfono sobre la mesita de noche con una sonrisa en los labios.)

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S: No hay clientes, podéis instalaros en la terraza.

Padre de Sucrette: ¡Oh, voy a aprovechar para llamar a Rayan! Tal vez esté disponible para tomarse una copa con nosotros.

S: (He tenido la sensación de que un tsunami arrasaba mi rostro, me he puesto a sudar la gota gorda.) P-papá, ¿¡vas a llamar a Ray... al Sr. Zaidi!? Es mi profesor, puede resultar algo incómodo.

Padre de Sucrette: Es un colega, y además, no te molestaremos, ahora todos somos adultos responsables. Ya has pasado la edad de sentirte avergonzada por tu viejo, ¿no?

S: (Si supieras que eso no es lo que me preocupa, papá.)

Madre de Sucrette: Tu hija está en lo cierto. No os conocéis de nada más. ¡Es más joven que tú! Y puede ser que responda solamente por educación porque sabe que eres el padre de una de sus estudiantes.

S: (He visto que Clemence me lanzaba miradas a través de la puerta de la cafetería. Por charlar, ya voy tarde cinco minutos.) Me tengo que ir, sentaos en la terraza. ¡Y mamá tiene razón, deja a R... al Sr. Zaidi tranquilo!

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S: Hola, Clemence, siento el retraso, estaba...

Clemence: ¡Si, si, ya sabes, ya estoy acostumbrada!

S: (Ha echado un vistazo fuera)

Clemence: ¡Date prisa, hay clientes en la terraza!