CAPITULO I

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Mi nombre es Andrea Koslov, soy originaria de Rusa aunque vivimos en New York. 

Tengo un hermano mayor, Lázaro que es como mi mejor amigo. Y mi mejor amiga desde el preescolar, Marita.

Se supone que mi mundo es perfecto, todo tiene un orden. Desde que naces te dan un documento de identidad personal. 

Esta se pasa en un tipo de posnet y se sabe con exactitud la información personal de cada uno, básicamente la edad y nombre, también a que te dedicas, que puesto, cuanto tiempo aportas, si has logrado algo muy grande, entre otras cosas. Y bajo esta información se establece que tanto (en comercios o servicios) tienes una accesibilidad justa, con esto me refiero a que un estudiante no consigue lo mismo que un constructor con varios años encima, y este no conseguiría lo mismo que un científico. Y está bien, pero no todo es perfecto, y que hay dos tipos de vida, una en la que estamos nosotros y todas las personas buenas, trabajadoras que amamos la lectura y el conocimiento. Nos gusta el orden y hacer las cosas bien, estos nos da muchos beneficios. Y el otro dónde prácticamente gobierna la vagancia, son personas que no les gusta seguir el orden, que les gusta hacer maldades y es por esto que ellos pueden obtener muy pocas cosas.

Es por eso que muchas de esas personas se dedican a robar o hacer cosas malas para poder obtener más cosas, pero para eso están las cárceles en las que se educa a esas personas y todo el que sale de ahí jamás vuelve hacer algo malo, pero como todo siempre hay una excepción y esa la hizo Esteban Lein, el tipo que destruyó nuestras vidas en este mundo perfecto.


Todo comenzó esa tarde, quien lo diría no?Un simple paseo al centro de la ciudad puede convertirse en un caos total, y todo eso solo tiene una explicacion llamada Esteban Lein.


Todo comenzó como un día normal, tenía toda mi rutina planeada, ayer quedamos en encontrarnos con Marita en el centro para ir a comprar, cosa que hacemos cada viernes, ya es una rutina, pero ese día fue muy diferente.Salimos de la universidad y fui a casa para cambiarme de ropa y emprender mi viaje, cuando llegue me sente donde siempre espero a Marita, frente a una hermosa fuente, pero entonces me mandó un texto disculpándose ya que su madre le pidió que la acompañara y no iba a poder asistir, estaba dispuesta a irme cuando tropecé con alguien.


-Fijate por dónde caminas - me dijo mientras me miraba con desprecio


Cuando levante la mirada me tope con unos ojos hermosos, azul como el oceano, cualquiera se perdería en esos ojos


-Que vez? Se te perdió algo? - y eso fue lo que encendió mi enojo, tome mi postura recta


-Nada, no se me perdió nada y disculpe, no quise incomodarlo - di la vuelta y comencé a caminar para irme.


Iba repitiendo me que era un idiota pero que yo no podía rebajarme, no podía dejar de lado mi educación y mis principios, además, esa seria la primera y última vez que lo vería, o al menos eso era lo que yo creía.


Busque mi auto y le marqué a Marita para avisarle que iría a su casa, pero me tiro a buzon, - a de estar ocupada - pensé y seguí conduciendo hasta llegar a su casa.Somos mejores amigas, y ella tiene una copia de la llave de mi casa así como yo tengo una copia de la llave de la suya y entre sin avisar, como siempre lo hago.


- Marita -le grite al cerrar la puerta pero no hubo respuesta


Comencé a subir las gradas y caminé hasta su habitación, cuando estuve frente a la puerta de su cuarto escuché gemidos y al fondo una voz...

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