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Cuando Kongpob le pidió ser el padrino de su boda, M estaba emocionado.

Por supuesto que aceptaría. Para empezar, Kongpob es su mejor amigo y es un honor formar gran parte de la boda de Kongpob.

Sólo que se le olvidó que todos los padrinos deben dar discursos.

M no es alguien que daría discursos frente a un público. Eso es algo de Kongpob, y mientras Prem le ofrece el micrófono, a M le toca reunir todo el coraje que le queda para no desmayarse en su lugar.

Le agradece a Prem, observando a la multitud frente a él mientras con incomodidad da toquecitos al micrófono, soltando una risa cuando estos resuenan.

—Hola —saluda con una mano, intentando ganarles a sus nervios con una risa. —Mi nombre es M y soy el padrino de Kongpob.

Se gira hacia su mejor amigo y le sonríe.

—Kongpob, felicidades... y a ti también, P'Arthit.

Hay un coro de risas por parte de la audiencia y M desea que todo eso se termine. Sonríe con incomodidad en dirección a Arthit y su mayor la corresponde con los labios cerrados.

A diferencia de Tew, él nunca superó su miedo irracional por Arthit. Para M, Arthit sigue siendo ese mayor aterrador que tuvieron durante sus días de estudiantes de primer año.

Pero ahora tiene que tranquilizarse para dar su discurso. Este es el día de Kongpob y Arthit y M no quiere avergonzarlos.

—Estuve con Kongpob cuando estudió en China hace un par de años —empieza M, intentando recordar el discurso que preparó hace rato. —Fue difícil —cuando ríe, sus ojos se arrugan.

M mira hacia Kongpob para encontrar a su amigo asintiendo mientras ríe.

—No sabía lo que pasaba por mi cabeza cuando tomé esa oportunidad. Pero me alegra haberlo hecho —continúa M. —No sólo aprendí mucho. Kongpob tuvo que ayudarme con la mayoría de mis trabajos, pero eso se sale del tema. Pude estar con mi mejor amigo durante uno de los momentos más complicados que he tenido.

Comparte una sonrisa cómplice con Kongpob antes de proceder.

—Fue un curso de dos años, y en ese entonces, la relación de Kongpob y P'Arthit ya estaba en ese punto en el que ambos eran lo suficientemente estables como para seguir con sus propias vidas, pero también lo suficientemente frágil para que, con sólo un tropiezo, se pudiera haber derrumbado. Me alegra que lo solucionaron.

M ve a Arthit acercándose a Kongpob. Él sabe la historia de lo que sucedió es anoche, Kongpob le había dicho. Sólo le da gusto que lo solucionaron.

—Así que... Lo que les voy a contar es sobre cuando me di cuenta de que Kongpob buscaba vueltos de regreso a Tailandia...

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Su amigo era un hombre fuerte. Kongpob siempre perseveró incluso en los momentos más difíciles y siempre fue un chico fuerte, pero eso no significaba que Kongpob fuera invulnerable a la fragilidad de la mente humana.

M notó cambios leves en Kongpob. Él no es mucho un chico parlanchín, más bien prefiere observar a la gente antes que interactuar con ella, y eso es lo que le hizo prestarle atención a su alrededor y ser más consciente del "aura" de su amigo.

Estaban en el segundo año de su curso. El tiempo parecía haber volado y sólo faltaban unos meses para regresar a casa.

Pero la distancia y el tiempo habían parecido superar a su mejor amigo.

A veces, M podía contar las veces que Kongpob revisaba su teléfono sólo para dejarlo con un gruñido o un resoplido de descontento.

Notaba a Kongpob comer menos o más lento, jugando con su comida en lugar de terminarla, escudándose con la excusa de estar lleno y sin hambre.

Unas pocas palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora