coffee ;; minho x jisung [EDITANDO]

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Obviamente se que no debería ser así, pero termino pensando más en ello.

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Hoy ordené un café. Te pagué, cabizbajo en todo momento. Tuve miedo de mirarte y que te enteraras del gran amor que esconden mis ojos.

-Entonces Wonpil se le declaró a mi mejor amiga, conmigo justo al lado, ¿se dan cuenta de lo incómodo que fue ver eso? Mi hermano, mi mejor amiga, no los volveré a ver de la misma manera.

El joven amigo de Jisung, Seungmin, se encontraba algo alterado mientras redactaba con mínimo detalle la situación que le había sucedido días atrás. Por otro lado, Jisung aferraba su mirada al castaño que se hallaba tras la barra de la cafetería, disimulando en algunas ocasiones cuando el chico parecía sentir la mirada de alguien sobre él.

-¿Tu hermano? ¿El gran anti-amor Wonpil? Wow, eso si es realmente sorprendente y con la pequeña MinSoo, aún más.

Jeongin continuó escuchando a Seungmin, dándole ánimos y ayudándole a entender que ambas personas eran importantes para él y debía apoyarlos. Cuando finalizaron su plática, ambos miraron hacia Jisung, quién estaba mirando de nuevo -y no tan disimuladamente- al castaño.

-¡Hey, Jisung! Deja de ver al pobre chico, acabarás con la belleza que posee de tanto que lo observas.

-Yo no estoy mirando a nadie. Ustedes se hacen ideas.

-Sí, claro. Yo más que nadie sé que vienes aquí la mayor parte del tiempo solo para observarlo.

Las abultadas mejillas de Jisung se tiñeron de un suave color carmín, ganándose unas inocentes burlas de su hermano y mejor amigo. Sus manos fueron a parar a éstas con el fin de cubrirlas, sus ojos cerrados y su labio abultado, una notoria mueca de frustración presente en su rostro. Las risas de los otros dos pararon de un segundo a otro, Jisung sintió un dedo presionar su mejilla izquierda.

-¡Les he dicho muchas veces que no toquen mis mejillas! ¡Y dejen de burlarse estúpi...

Su reclamo fue interrumpido cuando miró hacia adelante y observó que ambos chicos se encontraban rectos en sus asientos, totalmente serios, haciendo imposible que el dedo que presionaba suavemente su mejilla perteneciera a alguno de ellos. Los ojos de ambos fueron a aparar hacia la nueva presencia, haciendo que Jisung dirigiera su mirada hacia allí también; dios, llévame ahora.

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