Capítulo 6

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- ¡Oh! Cariño, mira lo que... -

- ¡Ohooooo! ¡Mírate¡ ¡Tan perra! ¡Cariño te queda perfecto! -

- ¡Tráele unos 5 pares más! -

- En eso estoy encantado de obedecer, ¡Acuaman! -

- ¡Oye! No tengo tanto dinero, y la ropa de este local no es nada barata -

- ¡No me contradigas! -

- ¡OK! ¡Ok! -

Furyan y Andy me torturaron por 2 horas haciendo que posara con varios estilos de ropa.

Llegando a casa, Andy dijo que traería la cena, eso me daba tiempo de abrir por un rato la tienda y acomodar algunas cosas que me han llegado recientemente.

Doy un vistazo a Furyan, el cual estaba comiendo la última dona de media docena que se compró, entonces me sentí tentado a meterme con él.

- ¿A qué chica vas a conquistar para el sábado?, si sigues comiendo así pesaras 150 kilos, ¡jajaja! -

- Pues, tengo varias ideas para quemar calorías – me mira intensamente con calor en sus ojos, hace que me sonroje y me sienta incomodo, pero a la vez un poco feliz

- ¡Vamos! Ya deja eso… -

- ¿Qué? -

- Ya sabes, coquetear conmigo, ya te dije que no funcionara -

- ¿En serio hice eso? -

- Claro, para ti es natural -

- ¿El qué? -

- Coquetear -

- Esa será una de las lecciones -

……

Furyan quería ayudarme, entonces estuvo todo el tiempo metiendo sus narices en todo lo que hacía, pero era bastante torpe con el cristal, cuando rompió la tercera pieza de arte en cristal del siglo 19, llego a mi límite.

Lo mande a sentarse al rincón, aun me daba miradas furiosas, solo sacudo la cabeza, pensando en cómo un grande y fuerte hombre parecía un chico malcriado haciendo pucheros, era bastante divertido.

Sus fuertes brazos estaban cruzado sobre su amplio pecho, sus gruesos muslos extendidos parecía un Adonis, en su perfección absoluta, su vista realmente me causaba un poco de calor.

Mientras mi mente vagaba, estaba bajando una caja cuando me resbalé y caí, pero en vez del frio suelo, siento algo sólido y cálido. Abro los ojos y era el pecho de Furyan.

- ¡Gra… Gracias! -

Me levanto y el paquete que sostenía no tuvo tanta suerte, las piezas estaban por todos lados. Me doy la vuelta y veo a Furyan viendo hacia una pieza de metal fijamente…

….

El casco de los caballos resonaba con sus relinchidos. La batalla había sido dura pero la victoria fue grande.

Desmonto del caballo y entro al castillo, allí me esperaba mi segundo al mando, mi buen amigo Aragón, lo conozco desde que los dos éramos unos niños, cuando nuestros padres nos vendieron para ser soldados, crecimos y nos formamos para ser los grandes guerreros en los que nos convertimos.

Ese tiempo fue duro para ambos, no podíamos pedir nada, en las noches heladas si pedíamos cobijas éramos azotados, entonces como una jauría de cachorros nos amontonábamos para darnos calor, cuando el hambre nos corría las entrañas y pedíamos alimentos éramos azotados.

A corta edad aprendimos a no pedir y esperar nada de nadie.

Caminando por los pasillos entro al patio viendo a todos los prisioneros y Aragón con su gran estatura y grosor, sobresalía en todas partes.

- ¡Oh!, Ahí estas amigo mío - Aragón se dio la vuelta y en su cintura sobresalía la funda de su puñal favorito, fue un botín de guerra de las primeras batallas, estaba decorado con piedras y en el centro un gran Rubí, brillaba intensamente con el sol.

Nos dimos un fuerte abrazo, las enormes manos de Aragón me dieron una palmada, que casi me sacan un pulmón.

- ¡Jajaja!, ¡hemos ganado mi capitán! -

- ¡Como siempre mi buen amigo! -

- ¡Furyan! ¡Furyan! ¡Furyan! -

Vuelvo a la realidad y veo el bello rostro de Yoko preocupado. Deslizo mi mano y tomo la funda que estaba en muy mal estado, el tiempo la había dañado y tanto las piedras como el Rubí no habían quedado.

- ¿De dónde conseguiste esto? -

- ¿Lo conoces? -

- ¡¿DE DONDE LA SACASTE?! -

- No… no se… yo no lo sé… - estaba sosteniendo muy fuerte los brazos y vi el temor en sus ojos

- Lo siento… -

- ¿Qué pasa Furyan? -

- Este objeto pertenecía a un buen amigo mío -

- ¡Oh…! ¿es tan antiguo? -

- Pertenecía a Aragón -

- ¡Oh! Lo siento. Buscaré información, es un paquete viejo que nadie había abierto, creo que tiene un par de años guardado -

- Está bien, disculpa mi arrebato -

- No… no hay problema -

!Tin ton! ¡Tin ton! !tin ton!

Andy ya está aquí vamos, vamos a cenar

La cena estuvo tranquila, Andy trajo dos botellas de mi vino favorito, entre charlas risas y gruñidos de Furyan al coqueto de Andy, se terminaron las dos botellas, me sentía un poco mareado.

- ¡Ok! Es hora de irme - dijo Andy, dándose palmaditas en el estomago

- Está bien, te abriré la puerta, pero sal por el local ya que aún no he cerrado -

- ¡Bien vamos! -

- Ahora que Acuaman no está por aquí… -

- ¡Andy! No empieces -

- Creo, que él está bien… - dice Andy toqueteando cosas a su paso

- Si, él lo está, pero olvidas algo -

- ¿Uhm? - Se detiene en la pieza de metal que Furyan había reconocido

- Que no me gustan los hombres - Andy solo pone los ojos en blanco 

- Cariño, tus ojos no mienten -

- ¡Oye! -

- ¡Adiós! No vemos mañana -

- ¿Andy? -

- ¿Uhm? -

- ¿Porque te estas llevando eso? -

- ¿Eh? – Andy mira extrañado el objeto en su mano.

Edición P'Ian 💖

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