𝑷𝒆𝒍𝒊𝒈𝒓𝒐𝒔𝒂 #3

24

Narra Victoria

Llegamos a casa caminamos hasta la sala directamente me tiré a uno de los sofás, José tomo las correas que estaban en un perchero del salón.

Victoria: ¿Sacarás a los perros?
José: les daré unas vueltas y luego los meteré a dormir.
Victoria: ¿Me compras un perrito?
José: tenemos cuatro hermosos perros.
Victoria: correción, tienes cuatro perros.
José: además mis perros están educados y no andan de metiches por toda la casa.
Victoria: mi perro no hará eso.
José: te conozco.
Victoria: está bien (lo miro triste) iré a cenar.
José: ¿Es enserio?, Ahora me manipulas con tus emociones.
Victoria: iré a comer, ya que mi esposo no me quiere comprar mi perro.
José: dios mío.

Después que José sacara a pasear a sus perros y jugará con ellos un rato entro a la habitación, se dio una ducha corta se cambió por una pijama, yo tenía una camisa de él y estaba recostada en la cama, apagamos las luces y nos quedamos dormidos.

(Al Siguiente día)

Desperté un poco más temprano de lo normal para poder convencer que me comprara el perro. Me di una ducha corta y termine de arreglarme (imagen en galería) me senté en la orilla de la cama donde José estaba dormido, fui dejando besos por toda su cara hasta ver una sonrisa en sus labios, poco a poco fue abriendo los ojos y no pude evitar sonreír.

Victoria: buenos días (lo miro)
José: buenos días preciosa.
Victoria: debemos ir por el cargamento.
José: aún es de noche.
Victoria: son 3:30 am.
José: amor, aún es temprano.
Victoria: el cargamento viene en 10 minutos.
José: déjame dormir.
Victoria: cómo quieras (me levanto de la cama)

Tome mis cosas y salí de la habitación, baje las escaleras hasta encontrarme con mis dos guardias nos montamos a la camioneta y nos fuimos al muelle de culebra.

Dante: se ve muy bien señora.
Victoria: gracias querido Dante.
David: ¿Tiene frío?
Victoria: tranquilo, es solo que olvide mi abrigo en casa.
David: tome mi chaqueta señorita (se la quita) no quiero que se enferme.
Victoria: no te molestes David.
David: por favor señorita.
Victoria: gracias (la recibo y me la pongo)
David: ¿Mucho mejor?
Victoria: mucho mejor (le sonrió), ¿Que nos trae este cargamento?
Dante: mujeres señora, vienen desde Cuba.
Victoria: me parece bien, ¿Mi hermana menor no ha llamado?
David: no señora.
Victoria: está bien.

Llegamos hasta el muelle de culebra, la camioneta aparco y baje junto a mis dos escoltas, un barco estaba a las orillas del muelle mis hombres lo tenían escoltado, nos acercamos hasta ellos y observe al capitán.

Capitán: mi señora (hace reverencia), le eh traído la mejor mercancía de Cuba.
Victoria: ¿Cuántas mujeres?
Capitán: 13 mujeres.
Victoria: ¿Algún problema al traerlas?
Capitán: no señora.
Victoria: ¿Cuando te marchas?
Capitán: en dos días señora, mi patrón a indicado que me encargue de llevar su cargamento.
Victoria: el cargamento de armas será mañana por la mañana, puedes ir a descansar Julio y Mario lleven la mercancía a la bodega y lleven a este hombre a una de las cabañas.
Julio: por supuesto señora.
Dante: señora, ¿No es su esposo el que viene allá?
Victoria: ¿Mi que? (Volteo confundida), ay maldición (suelto un bufido) salgamos de acá.

Ignore a José, observe que la mercancía estuviese a salvo, me monte a la camioneta y nos fuimos a Valle verde, después de llegar me encargue de entregar la mercancía y recibir el dinero de las ventas pasadas, después de ver que era tarde nos fuimos a casa.

Llegue a mi casa agotada, José había llegado y estaba en su despacho camine digo corrí hasta la habitación, entre sin tocar y miré que tenía unos documentos en la mano, me senté en su regazo besando toda su cara.

José: no te comprare un perro. (Dice sin verme)
Victoria: ¿Por qué no?
José: por qué luego te aburriras del animal y lo dejaras.
Victoria: eso no es cierto (suelto un bufido)
José: te conozco.
Victoria: solo mira (le muestro una foto de un cachorro) son hermosos y adorables.
José: ya dije que no y es mi última palabra.
Victoria: está bien (me levanto molesta) te odio.

Salgo de la habitación molesta, voy a tener mi perro si o si.