Capítulo VII

3K 388 3
                                    

Pasaron algunas horas en el cuarto de Anthony, hablándole de todo un poco, de su día a día, del próximo traslado, entre otras cosas.

— El tío Rhodey dice que nos iremos en una semana — el rubio asintió en respuesta, tendría el tiempo suficiente para arreglar algunos asuntos antes de mudarse a Minnesota.

[...]

Steve solicitó su retiro voluntario del ejército, ya había servido a su país el tiempo suficiente, ahora le tocaba recuperar a su familia, sabía que aún a la distancia podrían mantener una relación amable, continuar en comunicación pero no sería suficiente , él quería enmendar un poco del abandono que sufrió de su parte.

Quería poder ser un punto de apoyo para él, para el adolescente que a su corta edad estaba lidiando con tantas cosas de adultos.

Tal como Peter dijo, siete días después Anthony era trasladado en una unidad médica aérea hacía un hospital militar gracias a la intervención del teniente James. Steven y su hijo viajaron juntos en un vuelo comercial, con el debido consentimiento del tutor legal del menor, llegando algunas horas más tarde a Saint Paul.

Rogers al principio rentó un pequeño departamento cerca del que era el hogar de su hijo, sin embargo, una semana después este le pidió que viviera con él.

— Sé que tal vez es mucho pedir, pero no me gusta estar solo en el departamento, extraño a papá y estar ahí sin él es difícil — decía mientras bajaba la mirada un tanto avergonzado de su petición.

Días después el rubio se mudaba con Peter, con la debida aprobación de su padrino , a quien si bien la idea no le encantaba sabía que era lo mejor para la salud mental del menor.

Con el pasar de  los días padre e hijo establecieron una rutina.

Cada mañana el rubio salía a correr, regresando a tiempo para preparar el desayuno y llevar al chico a la escuela. Después él iría al pequeño estudio que rentó donde pintaría por algún horas, un pasatiempo que había retomado principalmente para mantenerse ocupado. Luego recogería a Peter e irían a comer a algún restaurante antes de visitar el hospital, en donde se quedaban por horas platicandole a Tony acerca de su día, de lo que les gustaría hacer, a veces leían para él o simplemente hablaban entre ellos mientras acompañaban al mayor.

Los meses pasaban y Anthony no daba señales de alguna mejoría, sin embargo ellos no perdían la esperanza de que pronto despertaria.


The Winner Takes It AllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora