Capítulo VIII

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— Peter vamos a casa, te estas quedando dormido — le decía Steve a su hijo, quien desde hacía unos minutos dormitaba en la silla.

— Aún no es medianoche, quiero recibir el año nuevo con papá, es una tradición — haciendo inconscientemente un puchero

Steve se sintió incapaz de negarle aquello al chico, quien a pesar de sus casi 17 años aún conservaba parte de su comportamiento infantil, haciéndole ver adorable a su parecer.

— Está bien — suspiró resignado — iré por un café para que al menos puedas mantenerte despierto por un par de horas más — al tiempo que salía de la habitación con dirección a la cafetería.

El menor siguió con la mirada a su padre hasta que abandonó el cuarto, regresando su vista hacia Anthony que yacía en la cama de aquel hospital.

— Desearía que pudieras despertar — pronunció mientras recostaba su cabeza sobre el colchón, cerca de la mano izquierda de su padre — te extraño tanto — pronto sus ojos comenzaron a cerrarse de nuevo, estaba realmente agotado.

Steve caminaba de regreso con un par de cafés cuando su teléfono comenzó a sonar. Se trataba de Sarah, su ahijada, quien llamaba para saludarle y desearle un feliz año nuevo por adelantado, además de mandarle saludos a Peter. 

Colgó casi cuarenta minutos después, el rubio se alegraba de saber que ella estaba bien, sin embargo, ahora tendría que regresar a la cafetería por un par de cafés nuevos ya que los que llevaba ahora estaban fríos.

Era muy probable que encontraría a su hijo durmiendo en la silla, sonriendo de antemano a la que pensaba seria una adorable escena.

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Sentía los párpados pesados además del cuerpo adolorido, como si llevase mucho tiempo en una misma posición.

Intentando abrir los ojos, lentamente, parpadeando múltiples veces debido a la molesta luz que alumbraba el lugar en donde se encontraba.

Miró alrededor, todo lo que su posición en aquella cama le permitió, de pronto su vista se encontró con unos cabellos castaños que supo reconocer, era su niño, su pequeño hijo. Intentó llamarle, sin embargo la resequedad en su garganta y la mascarilla de oxígeno que portaba se lo impidieron. Así que, aprovechando que el chico estaba recostado cerca de su mano, comenzó a tirar suavemente de los mechones castaños para llamar su atención.

Peter despertó tras unos minutos, sentía como si alguien moviera su cabello, seguramente era su padre que volvía de la cafetería, sin embargo, grande fue su sorpresa al encontrarse con aquellos ojos avellana, tan parecidos a los propios, que ahora le veían acompañados de una tenue sonrisa.

— Papá... — fue todo lo que pudo pronunciar antes de ser interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose, seguido de la voz de su padre.

Siendo ambos testigos de cómo Anthony abría los ojos con sorpresa mientras intentaba quitarse la mascarilla, estaba hiperventilando. Sin embargo fue el aumento en su ritmo cardíaco lo que alertó a los médicos que rápidamente sacaron a Steve y Peter de la habitación, tratando de estabilizar al castaño mayor. 

De pronto todo se volvió negro para él, cayendo nuevamente en la  inconsciencia.

The Winner Takes It AllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora