Capítulo 5

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Aún me sorprende su atrevimiento. De los dos siempre he sido yo la directa la que dice las cosas a la cara. Él es más reservado para estas cosas.

Sabía que sería yo.
No sé explicarlo pero justo antes de soltarlo, por como me miró a los ojos, sabía que sería yo.
-¿Es en serio? Dice él.
-Si, creo que sí. Aunque estoy muy confundida, porque realmente ha llegado en un momen-
No me deja terminar, cuando me pone el dedo en la boca señalando que me calle.

Sé lo que va a hacer. Y por dentro me estoy muriendo de ganas, pero por otra parte, debería pensar un poco antes en las consecuencias.
Es tan repentino mi cambio en los sentimientos...
No me comprenderé nunca.
Está claro que sigo enamorada de Hugo, pero cada vez le pienso menos.
No tengo espacio para él, puesto que cierta persona ocupa todos mis pensamientos las 24 h del día.
Pero por otra parte, tampoco estoy enamorada de Marco.
Solo sé que él si lo está, y claramente tengo un cúmulo de sentimientos, que dejan ver sin problema, que Marco me empieza a gustar mucho, y quien sabe... ¿Acaso podría ser este el comienzo de algo?
Decido no pensarlo demasiado.
Asique en menos de un instante ya tengo mis labios rozando los suyos.
Son suaves, y me besa de una forma muy natural y tranquila, pero cargada de sentimientos,lo noto.
Le correspondo el beso, sé que llevamos más tiempo del establecido pero no quiero separarme de él ahora mismo.
Asique agradezco cuando él es el primero en apartarse.
No lo sabía, pero lo que viene ahora es mejor.
Mira mis tan característicos ojos verdes, coge aire, y me lo dice.
-Laia, te quiero.
No sé que decir de verdad.
Por supuesto que lo quiero, pero todavía conservo el amor hacia un mejor amigo, no hacia alguien en quien enamorarme.
Asique, decido que no pasará nada porque le corresponda.
Al fin y al cabo siempre le he querido, solo que esta vez, será muy diferente.
-Yo también te quiero Marco. - Suelto al final.
Le pilla tan desprevenido que juro ver una lágrima a punto de derramarse sobre su bonita cara bajo sus grandes ojos.
Curiosamente no me siento incómoda.
Creo que no estamos haciendo nada que no debamos hacer.
Entonces pienso por primera vez en Hugo.
Le he traicionado, pero tampoco esque fuese a dolerme mucho perder algo que en ningún momento tuve...
Aún así no puedo evitarlo, y me siento muy muy culpable.
¿Debería hablar con Marco?
-Te veré en la fiesta de esta noche. Ya sabes, a las 9 :30 en casa de Julia.

Julia Hernández, una gran amiga, que muy a mi pesar ha estado muy mal últimamente trás la muerte de su abuelo. Me alegrará verla, pero confieso que me había olvidado completamente del evento.
Marco siempre ha tenido a las chicas comiendo de su mano, pero me gusta pensar que, por alguna razón yo seré diferente...
Qué rápido cambié de tema,solo porque se me vino a la cabeza en seguida.
Realmente no exagero al decir que es lo único que tengo en la cabeza.
-Hasta entonces, doña perfecta. Me dice desde el porche.
Me lleva llamando asi desde que tengo uso de razón a su lado, y me gusta, solo cuando él me lo dice, pero me gusta.
-Hasta entonces Marco.
Le veo entrar en la puerta de su casa que curiosamente está a solo unos pasos del colegio. Se acaba de ir y ya siento que me falta el aire.
Cuando de repente, le veo volver.
Que alivio más grande, no tengo remedio, pero ahora me siento más completa. Que patética soy.
Cuando llega a mi,me susurra al oído.
-¿Te importa si vamos a la fiesta de Julia juntos?
-La verdad, me encantaría ir contigo, Marco.
- Volveré a buscarte a las 8 y media.
No me da tiempo a responder y planta sus labios en los míos, dándome un beso corto de despedida.
No me puedo creer que todo esto esté pasando, para lo bueno y para lo malo.

Por una lado, podría tener a alguien a quien amar cada día, alguien que me cuidase, alguien que se enamorara de mi...
Pero como no, no podía suceder en otro momento... Como todo en la vida, las mejores situaciones aparecen en los momentos que no puedes plantarle ni cara a la vida. Es todo tan inoportuno...
.
Me empiezo a arreglar y en menos de 30 minutos, ya estoy lista. Me acerco al espejo. No se que verá Marco en mi, él se merece muchísimo más. No soy fea, soy parcialmente bonita, pero no puedo evitar no sentirme del todo a gusto. Siempre habrá alguien por ahí más guapo, que merezca más la pena que yo ...
Como si me leyera la mente , Marco me invita a realizar una videollamada.
De inmediato acepto.
No lo esperaba, pero me sube mucho el  ánimo con cada comentario que hace.

Me conformaría con paracerle guapísima a él con tal de serle horrible al resto.
No deja de decirme que soy preciosa, y no puedo evitar que se me suban los colores a las mejillas.
.
Como prometió, antes de la fiesta, ya tengo a Marco llamando a mi timbre.
Espero que no salga ni madre a abrir,le debería muchas explicaciones.
Mi madre y yo siempre hemos tenido una gran relación, a excepción de otros adolescentes, yo le contaba a mi madre cuando me sentía mal, no me guardaba mi dolor hasta en mi propia casa, ella me liberaba y me ayudaba, y le estaré profundamente agradecida siempre. Es una gran madre, lo sé.

Mentiría si digo que no estoy ansiosa porque Marco me vea.
Llevo puesta una mini falda blanca con dos rayas azul marino a los laterales. Arriba llevo un top del color más parecido a las líneas de las faldas que encontré. También llevo unas sandalias y mis habituales accesorios. Soy muy básica, asique suelo llevar mi reloj, gomas de pelo, pendientes, algún que otro anillo, y algún collar.
Me gusta llevar estas cosas, pero de momento no han adquirido ningún valor emocional sobre mi.
Bajo a abrir la puerta, y en seguida veo a Marco.
¿¡Ha sido siempre tan guapo y esque no lo he querido ver!? - Me pregunto para mis adentros. -
-Hola Laia. No tengo palabras, estas simplemente preciosa, como siempre.
No me acostumbro a todo esto, ni siquiera sé de momento que somos.

Él lleva unos vaqueros negros largos y yo me pregunto si no tendrá calor. Lo convina todo con una camiseta blanca, como no,su color favorito.
Verdaderamente, el también está perfecto, pero me da vergüenza decirlo.
Por lo menos aquí no, delante de mi madre.

Salimos los dos juntos en dirección a casa de Julia, nos montamos en su coche, y me sorprende la mano de Marco cogiendo mi muslo y acariciandolo al conducir.
Un millón de hormonas se mueven ahora por mi interior. Solo con esto me hace sentir escalofríos, es impresionante.
Obviamente no la retiro, y pasamos las pocas calles de camino hasta casa de Julia.
Al llegar, Marco me sorprende abriendo él mi puerta invitándome a salir.
Esto no es muy propio del él.
Entonces le miro y digo :
- Gracias, mi querido príncipe azul.
En el mismo instante me arrepiento de decir eso. Que vergüenza...
Soy irremediable.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2019 ⏰

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