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Martín y Pedro se habían reunido en la casa del pelinegro para grabar algo, pero en vez de eso se quedaron jugando al Fifa.

—eu, Tin —habló Pedro—, ¿no tendríamos que estár grabando? Osea, para eso nos reunimos —soltó una risa.

—mal —esta vez habló Martín—, somos medio boludos —sonrió—. Vamos a grabar ahora —dijo y se dirigió hasta la computadora.

Empezaron a grabar, después empezaron a tomar, y cuando sentían que todo el mundo daba vueltas, dejaron las cervezas de lado.

—¡euu, Pedroski! —dijo Martín alargando las palabras por lo ebrio que estaba—, ¿sabés qué? Me parecés muy lindo —se acercó al contrario.

—y vos, Martincho, ¿sabés qué? —agarró al contrario de la cintura y lo atrajo a él—... Vos también me pareces muy lindo —sus respiraciones se mezclaban, el olor a cerveza era muy fuerte en aquella habitación.

—¿entonces que esperamos? —dijo Martín y lo besó, a lo que Pedro correspondió.

Estos besos terminaron en algo más, algo de lo cual se arrepentirían al día siguiente.

❝ Hechos ❞ ; PedrimenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora