Lo siento, número equivocado. [Vkook] |TERMINADA|

027

Taehyung miraba a Jungkook algo sorprendido por su reacción desde el otro lado del umbral. Los dos se miraban sin decir una palabra, hasta que volvieron a la realidad. Taehyung entró a la casa de Jungkook y podían descubrirlos.

- ¿Que haces aquí? ¿Cómo entraste? - Dijo el menor -.

- Ah bueno... - Dijo rascando su cabeza producto de los nervios - Eso no es lo más importante debemos hablar -.

- ¿Hablar sobre qué? -.

- Sobre lo de tu boda - Dijo apenado - Sobre que ya no podremos estar juntos... -.

- Esto no lo hablaremos aquí -.

- ¿Q-que? -.

Jungkook agarró a Tae de la camisa y lo entró a la habitación cerrando la puerta evitando a toda costa ser descubiertos.

- Escúchame. No es que yo quiera terminar , pero papá me dijo que no me quería contigo y si lo hacía te haría daño -.

- ¿Crees que me importa que me haga daño? Que me haga todo el daño que quiera, eso no evitará separarme de ti -.

- Lo dices cómo si fuera muy fácil, sabes que el tiene mucho poder -.

- Actúas como un niño, eso solo pasa en libros juveniles y románticos, no pienso caer en ese cliché -.

- ¿Porque no solo te alejas y me dejas casarme con Tzuyu? -.

- Porque no es lo que tú quieres -. Dijo seguro -.

- ¿Cómo sabes que es lo que quiero? -.

- Tú me quieres a mí, no a ella... -.

- Esto no está bien, tienes que irte - Dijo Jungkook tratando de que Taehyung se fuera de su habitación -.

- Dime en la cara, mirándome a los ojos que ya no quieres nada conmigo y no volveré a molestarte, no me apareceré más en tu vida. Mira tan solo escúchame ¿Esto no es cliché? Puedo ser cliché para tí, no quiero serlo para alguien más -.

- Yo...  Tú solo anotaste mal un número de celular y ahora por tu culpa está ocurriendo esto! - Dijo jungkook enojado -.

- ¿Te arrepientes? -.

- Amh.. no, claro que no - Dijo agachando su cabeza avergonzado -.

- Puedes lucir muy rudo y decidido, pero actúas sin pensar, ¿Que tal que todo lo que me dijiste me hirió tanto que ya no quiera verte más? - Taehyung vio la cara del menor sonrojarse y sus ojos ponerse brillosos producto de las lágrimas - Ven aquí - Lo acercó a él y lo abrazó -.

Se mantuvieron así un rato en completo silencio, hasta que la puerta comenzó a sonar.

- Hijo, abre -.

Los dos se separaron de inmediato, inmóviles por quién se encontraba al otro lado de la puerta, no se lo esperaban. La puerta seguía sonando y ellos se mantenían quietos esperando que por arte de magia se fuera, pero la puerta se abrió.

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