Ese mismo día por la tarde unos golpes me despertaron, parece que me quedé dormido sobre el sofá con la televisión encendida, me levanté y al abrir la puerta unos cuantos agentes policiales se encontraban aguardando.
- ¿Usted es el dueño de casa?
Me jodí.
- No... Es mi esposo, pero él no está, salió a trabajar y viene muy tarde ¿qué se les ofrece, oficiales?
- Recibimos una llamada, a altas horas de la madrugada justo en esta casa se escucharon gritos alarmando a sus vecinos.
- Verá... Mi esposo y yo peleamos, solamente eso.
- Entonces no le importará si revisamos dentro de su casa ¿no?
Entré en pánico: -Pasen, no hay problema.
Los oficiales se dedicaron a registrar absolutamente toda la casa, cada habitación, los baños, todo.
Me había encargado de que nada quedase como prueba de que algo pasó así que me mantuve tranquilo.
- Como les decía, no pasó nada, solamente peleamos y ya, él sigue trabajando.
Y a lo lejos... Empecé a escuchar como golpecitos... Molestos, que me mareaban... Luego se hicieron más altos pero, ¿qué eran? Ladeé un poco la cabeza pero el sonido jamás se iba... Sonaba como... Como latidos.
Me volteé lentamente y estaba parado justo frente a dónde los trozos de mi esposo estaban escondidos y los latidos cada vez se hicieron más fuertes haciéndome gemir bajito.
- ¿Se encuentra bien?
- ¿Acaso no lo oyen? -entré en pánico - Son sus latidos... Sigue vivo... - Y empecé a llorar estallando completamente - ¡SIGUE VIVO, AÚN DESPEDAZADO SU CORAZÓN LATE! ¡SAQUENLO, POR FAVOR, SAQUENLO! -Señalé la pared y los policías alarmados me hicieron caso, caí arrodillado al suelo y tironeé de mis cabellos mientras lloraba. -Quiso violarme y cuando me defendí cayó al suelo con la cabeza rota y sangrando... ¡YO LO MATÉ PERO FUE SIN QUERER! ¡SAQUENLO! ¡SIGUE VIVO, AÚN LATE SU CORAZÓN!
Y el policía que investigaba dentro de la pared terminó apartándose por una leve arcada. Los demás lograron sacar la bolsa con los restos de mi marido y me miraron asombrados.
- ¡S-SIGUE... LATIENDO! ¡ESCUCHEN! -Cada vez más los latidos sonaban más fuertes hasta el punto en que me dolía demasiado los oídos, de un momento a otro todo se me hizo negro.
[....]
- ¿Todavía no quieres decirme qué sientes?
El doctor Jung seguía observando.
- No siento nada, pero a día de hoy todavía lo escucho.
- ¿Su corazón?
- Su corazón.
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Corazón Delator. [YOONMIN]
Fanfic•Adaptación de la obra escrita por Edgard Allan Poe.