✔ | hada del hilo rojo

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－Serás asignada a un niño. Irás a la tierra y encontrarás el otro lado de su hilo.

－Pero directora, ¿no se supone que cuando nacen ya les ponen el hilo?

－Eso es cierto Jihyo, pero resulta que ha desaparecido. Ya sabes como funcionan los hilos, ¿no?

－Sí, se pueden estirar, contraer, enredar... pero no romper. ¿Y cómo es que desapareció su hilo?

－Esto no lo sabes por que no ocurre a menudo, pero los hilos desaparecen con el tiempo si las dos personas no están realmente destinadas. Esto es lo que le ha ocurrido a este muchacho, por ello irás a la tierra y buscarás su otro extremo, cuando lo encuentres volverás.

－¿Pero no se supone que no tienen que saber de nosotros?

－Cuando acabes tu mandado todo recuerdo sobre ti que tenga cualquier persona serán borrados. Confío en ti, eres de las mejores aquí, es por eso que te lo asigno. ¿Crees que puedas hacerlo?

－Eh... sí directora, estoy preparada.－ Dudo por un segundo pero finalmente contestó decidida.

－Bien.－ Sonrió satisfecha.－ Entonces partirás esta noche. Vas a alojarte en un pequeño apartamento cerca de donde vive el chico. No te preocupes por el dinero, todo quedará cubierto por nosotros, estudiarás en el mismo instituto que él. ¿Algo más que necesites saber?

－Ehm, sí. ¿Quién es el chico? y ¿Cuanto tiempo tengo?

－Se llama Kang Daniel.－ Mostró la foto de un chico apuesto en una pantalla que tenía a sus espaldas, se veía majo, o al menos esperaba que fuera así.－ Tiene 13 años, uno más que tú. Y te quedarás el tiempo que necesites, no hace falta que te des prisa, analiza a todos a su alrededor y siente las conexiones que tiene con cada persona. Confío en que lo harás bien.

－Lo haré, si me disculpa ahora me iré a preparar.

－Puedes retirarte.

Jihyo hizo una reverencia de noventa grados y se fue.

» Actualmente

Y así es como comenzó todo. Actualmente tiene quince años, realmente ya estaba con los nervios de punta, llevaba tres años tratando de buscar a aquella persona pero no la encontraba, llegaba a pensar que estaba en otro país pero una sensación en su cuerpo le decía que estaba allí, junto a él.

En aquellos tres años se hizo amiga de daniel, se habían llevado bien, a tal punto de ser mejores amigos. También se había acostumbrado a la vida en la tierra, aunque esta no era tan diferente a la que tenía antes, pero sí tenía sus cosas distintivas. También había hecho otros amigos a parte de daniel.

Nadie sabía de su verdadero paradero, y nadie debía saberlo, solo su "hermano", quien más bien era un amigo que tenía de antes y lo había acompañado en su misión para ayudarla.