La niña de los Gishar.

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La chica de piel morena que contempla las arenas del gran desierto de Xeramith alguna vez también fue humana, hasta que sus felices días acabaron de forma muy brusca, haciéndole perder todos sus recuerdos y ambiciones dejándola solo con un objetivo.

Su historia comienza ahora en el pasado Xeramith.

A través de unos árboles una gran bestia huía, y en su espalda una pequeña niña se encontraba afirmada de su pelaje y una lanza que este tenía clavada, más atrás un grupo de hombres con aspecto tribal les seguían el paso. La pequeña en su espalda se mantuvo firme hasta que la bestia se detuvo al llegar a un campo de piedras, en el que la bestia terminó encerrándose quedando rodeada, en ese preciso momento la pequeña cazadora comenzó a hacer presión con la lanza para que la bestia se debilitara, al caer esta al suelo la niña cayó un poco herida, y rodando dio hasta los pies de los hombres quienes la recibieron y ayudaron a levantarse al tiempo que uno de estos le dijo con voz de aprobación: -Bien hecho Tianza, ahora déjanos esto a nosotros-. Enseguida luego de ver cómo ellos van hacia la bestia Tianza los apoyaba desde atrás con gritos y saltos. Poco a poco la carne y piel era retirada del animal por partes, cuando ya no quedaba más por hacer, el encargado del grupo les dio la orden de volver y junto a él Tianza caminaba con una sonrisa y su lanza en mano.
-¡Eh Tianza! Se te ve muy alegre niña, al parecer ya te has acostumbrado a esto de cazar-.

La niña al oír sus palabras lo miro y soltando una carcajada dijo :
-Pues claro, si yo seré la líder de la aldea cuando crezca-.

Muchas risas se oyeron entre ellos, todo el grupo se alegraba al oír lo decidida que estaba la niña en lograr sus metas y tan solo con 9 años cumplidos.

La noche ya estaba por cubrir el cielo y a la distancia se podía ver desde la aldea las siluetas del grupo acercándose, quienes una vez llegando, estos enseñaron el botín frente a la aldea quienes no tardaron en llegar a recibirlos y en el acto se inició una fiesta. Música y bailes llenaban la aldea de emoción mientras unos comían y otros descansaban del largo día de caza. El líder del grupo de caza contaba a los demás niños en la aldea lo ágil y hábil que era Tianza cazando, lo cual emocionaba a todos y motivaba a querer unirse a los cazadores. La fiesta siguió en pie a pesar de que Tianza ya se encontraba dormida.
Con el pasar de las horas las luces comenzaron a disminuir en la aldea, y los más adultos que aún estaban en pie comenzaban a retirarse al merecido descanso, solo el guardia de turno quedó en pie con su lanza y antorcha en mano. Como de costumbre todo se encontraba en calma por lo que el guardián aprovechaba de dormir a ratos. Poco tiempo pasó hasta que su sueño fuera interrumpido por un abrupto ruido, se levantó rápido de su puesto y comenzó a mirar a la distancia para buscar el origen de tal ruido. Muchas siluetas acompañadas de polvo se acercaban a gran velocidad, lo que hizo despertar un gran temor en el guardia de la aldea, quien apresuradamente tocó el cuerno de alarma para alertar a los demás, y lo que también fue su última acción antes de que una flecha en su garganta acabara con su vida.
En medio del pánico provocado por la alarma, los ya despiertos aldeanos con sus armas listas para repeler la amenaza levantaban a los que aún dormían y corrían a la lucha, mientras que las mujeres calmaban a los pequeños que sollozaban por la conmoción. De manera muy sorpresiva un caballo pasó corriendo entre las chozas, y sobre este un hombre con un antorcha que sin titubeo alguno lanzó sobre una de las chozas, la que no tardó en ser consumida por llamas, tras este acto un hombre gritó:
-¡Hey, imbécil! ¡Aún no las quemes, antes debemos conseguir a unos cuantos niños y luego pueden hacer lo que quieran!-. En respuesta estas palabras todo el grupo de ladrones y asesinos comenzó a reír y pusieron manos a la obra llenando la aldea de alaridos, un pequeño grupo se bajó de los caballos y entraron disparando y apuñalando a quien se le cruzara en su camino. Hombres y mujeres eran asesinados sin ninguna compasión mientras que las más jóvenes eran capturadas.
Mucha sangre caía a los pies de Tianza, la que se encontraba bañada de sangre, y sin soltar su lanza continuaba empalando invasores uno tras otro, hasta que un fuerte y desesperante grito que le era muy conocido le hizo recorrer un escalofrío por su espalda, y corriendo se dirigió a su choza pasando entre cadáveres de compañeros y amigos; la tristeza la llenaba y lentamente la consumía su ansiedad, hasta encontrarse de frente con lo que tanto temía: Su madre yacía muerta en el suelo cubierta de sangre y su hermana menor no se veía por ningún lado. Sus sentimientos tuvieron un choque estrepitoso y en cosa de instantes mientras cubría su cara, sus piernas no respondieron y rompió en un llanto mudo cayendo al suelo, no podía respirar bien y se vio superada por la situación. De pronto un golpe certero por la espalda le hizo perder lentamente el conocimiento sin poder hacer otra cosa más que observar el suelo con impotencia e ir perdiendo la consciencia. Lo último que pudo ver fue a alguien venir corriendo rápido donde ella antes de cerrar totalmente sus ojos.

La mañana no tardó en llegar, junto con ella la luz del sol revelando el horrible holocausto que se cometió la noche anterior; había por doquier innumerables cadáveres desfigurados y carbonizados.

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⏰ Last updated: Aug 22, 2019 ⏰

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Black Order - Tianza (incompleto)Where stories live. Discover now