CAPÍTULO I

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Capítulo I :

Entre más lo busques más invisible se vuelve ¿Qué es?

Mirando a Simón con atención se le podía encontrar ciertos encantos.

Sus ojos eran (apesar de ser comunes entre los asiáticos) encantadores, la forma en la que se plegaban se amoldaba perfectamente a su rostro, también descubrí que sus labios no estaban pintados con ningún labial: realmente eran rosados y su vestimenta, la forma en la que se vestía era sencilla.

Jeans rasgados y flojos, camiseta blanca y unos botines estilo militar de un color negro.

Quizás no era la ropa. Quizás era él que la sabía lucir de una forma extraordinaria.

—mi primo se dará cuenta que te lo estás comiendo con la mirada si sigues así— hablo la pelinegro que sin duda alguna disfrutaba de la situación.

— no estoy haciendo nada ilegal Anabella, supera tus traumas.

Entonó un «claro» de forma burlona y camino hasta el escenario en donde pronto se partiría el pastel. Se colocó a la par de su primo y me pareció asombrosa la forma en que él peli teñido contrastaba con su familia.

Ellos de pelo negro como la bruma

Él de cabello teñido y platinado

Ellos vestidos de etiqueta

Él vestido de forma casual

Ellos con una postura recta

Él ligeramente encorvado

Simón era muy diferente a mi extrovertida amiga y a su familia. Sí, presentaba los mismos rasgos gatunos que caracterizaban a los Feng pero al ponerlo junto a toda su familia te podías dar cuenta que aquella etiqueta y preocupación por la presentación no estaba presente en el teñido joven.

Después de que se cortó el pastel toda la familia Feng volvió a dónde estaban. Dejando solo a los meseros arriba para repartir aquel pastel. Por un momento lo perdí de vista. Recorrí con la vista aquella estancia tratando de encontrarlo otra vez.

Busque a aquel  distinguido chico y aunque parezca imposible (teniendo en cuenta que en este sitio el se podía comparar como un gato en una perrera) no lo encontre.

«Quizás se fue, olvídalo Kiara».

Resople frustrada y dirigí un pedazo de pastel a mi boca.

nadie además de Anabella me había hablado aquella tarde por lo que me pareció raro escuchar un —Hola— masculino. volteé con la cuchara aún metida en mi boca solo para encontrarme con una la sonrisa brillante y los ojos adorables que habían llamado mi atención.

Era Simón.

Saque rápidamente la cuchara de mi boca, me enderece y dejé el plato el la mesa para después de un carraspeo pronunciar un «Hola» nervioso

«me llamó Simón» me extendió la mano

«Kiara, Kiara Sevilla»


...

Se que es cortó pero... No tengo mi computadora y escribir en celular es entumecedor :(

#LosSiguentesSeranMasLargos

I MISS YOU SIMÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora