Último Plan ©. Wattys2021

Capítulo 9. Sorpresa.

Puedes contar los pasos que das, pero nunca sabrás verdaderamente si estás avanzando. Así era como yo me sentía con respecto a la situación de Vassilis, en total y completa incertidumbre. El que desapareciera por días sin dar señales de vida, me frustraba; pero no por sentir necesidad, sino porque aunque quisiera compartir cosas con él, no podía hacerlo. Y ese sentimiento de soledad aun sabiendo que estaba acompañada, parecía haber vuelto.

Había tenido una pesada semana de trabajo, con clientes conflictivos y guerra sucia de escuelas de la competencia; y era como llevar cargando esa pesadez yo sola; sin mencionar que no me gustan las guerras y generalmente huyo de las discusiones o del conflicto.

Aun así, me preguntaba qué tipo de sorpresa me daría y cómo me la daría. Tal vez, no desapareciera del todo; tal vez, iría a verme. Esas eran mis esperanzas; pero en el fondo yo lo sabía, ese hombre se amaba tanto que no se arriesgaba a salir herido emocionalmente y yo lo entiendo. Las heridas emocionales muchas veces tardan más en sanar que las heridas físicas y su dolor también suele ser más intenso.

Un día en el trabajo recibí un mensaje de mi hermano que decía: "Recibí tu paquete"; se me hizo bastante extraño. Suelo pedir cosas por internet, así que intente hacer memoria cual de todos los paquetes sería... Y decidí suponer que simplemente sería un paquete atrasado tal vez de alguna peluca o extensiones de cabello, ya que suelo pedir ese tipo de cosas de china.

También recibí un mensaje de Pierre, quien ya estaba de vuelta en la ciudad y me había pedido vernos. Me parecía bien tener un amigo cerca, y más si ese amigo era amigo de Yefua. Además de que quería escuchar su propia perspectiva de su guerra con Vassilis. Ese par era más entretenido que una novela de televisión. Era un día entre semana, llevaba mi propio carro y fui yo quien recogió a Pierre, nos fuimos a comer unas papas a la francesa y como dice él..."A echar el pisto".

—Pierre ¿Qué harías si estuvieran atacando tu empresa?

—Cuando te atacan, sólo queda una cosa por hacer, atacar y defender.

—¿Se puede atacar y defender?

—Claro, no puedes defender si no atacas. Atacar por atacar, suele ser un tanto impulsivo; pero cuando atacas y defiendes a la vez, la gente suele entender la idea y te ves más profesional. Es decir, tú tienes que hacerle ver a la gente porque tú tienes la razón; al mismo tiempo que le hechas tierras a quien te ataca.

—Vaya, no lo había pensado así —contesté pensativa.

—Debes juntarte más conmigo; te enseñaré el arte de la guerra, después de todo mi planeta es Marte.

—¿Tú si crees en eso verdad?

—Claro, desde que descubrí como somos los Aries. Cambiando un poco el tema, quiero saberlo todo de tu novio.

—¿Te has enamorado de él?

—No me chingues —decía riéndose—. No, basta con escucharle la voz para saber que no es mi tipo. Me gustan las mujeres ¿Sabes?

—Claro, porque si te gustaran los hombres créeme que te gustaría la voz de Vassilis.

—Seguramente ¿Quién tiene mejor voz? ¿Él o...?

—Él —respondí sin dejarlo terminar la pregunta.

—¿Qué pedo? A ver cuéntame el chisme. Se me hace muy rápido para que tengas novio y duermas con él. Sólo tengo dos teorías..., o le pusiste el cuerno a Geoffroy con él; o le pusiste el cuerno a tu novio con Geoffroy.

—Ni una ni otra, pero acepto que los conocí casi al mismo tiempo. Cuando Yefua se fue a Cancún, conocí a Vassilis; pero no pasó nada entre nosotros hasta que el murió y fue algo de tiempo después.