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Cap 2: ¡Sorpresa!

—¡Regrese!

Leo se quito los zapatos y dejo su mochila a un lado para avanzar a la cocina siendo preso del buen olor, asomo su cabeza para ver al bicolor, al rubio y al pecoso juntos preparando la cena. Observo en silencio desde su lugar.

Katsuki picaba lechuga a toda potencia ignorando al peliverde que le decía que no habia necesidad de mucha lechuga mientras el bicolor estaba friendo unos pescados muy inmerso en lo suyo.

Leo sonrió viendo al trió y no pudo sacar un pequeño vídeo de recuerdo sin que los tres hibridos se dieran cuenta, ya cuando termino dio un falso estornudo anunciando su llegada. 

Los tres chicos rápido voltearon sus cabezas para ver a Leo que tenia una hermosa sonrisa en su cara viéndolos divertidos desde el umbral de la cocina.

—¡Ah, Leo!— Izuku fue el primero en reaccionar pero su rostro tenia un pequeño sonrojo.

—Saben, me siento como un esposo regresando a casa después de un duro día de trabajo, creo que puedo rejuvenecer si tengo esto todos los días— dijo Leo y se acerco a Shoto quien lo miro en silencio pero también tenia un sonrojo por las palabras de Leo.

—¿Que hicieron de comer? huele bien— Leo asomo su cabeza a una olla tapada pero fue detenido por Izuku.

—¡Es una sorpresa!

Leo sonrió y asintió para ir rápido a la mesa como buen niño a esperar su comida.

Los tres hibridos se miraron y rápido acomodaron las cosas, Katsuki llevaba el plato de comida y se lo dejo a Leo quien los miro con curiosidad.

El cenizo solo observo a Leo tomar la cuchara y probar mientras Izuku y Shoto miraban en silencio por una respuesta de Leo.

—Yo solo quiero saber una cosa...— los tres hibridos se estremecieron por la respuesta de Leo, no se esperaban algo asi —¿A que año, que mes, que día, que hora, que minuto, que segundo aprendieron a cocinar asi?

Hablo Leo entre bocados y sorbió lo que quedaba del plato para luego suspirar y sonreír a los hibridos que lo miraban congelados en su lugar.

—¿...Te gusto?— pregunto Izuku después de un minuto de procesar lo que Leo habia dicho, sonrió.

—No me gusto— las orejas de los tres hibridos se hundieron —Me encanto— ahora los tres movían sus colas de un lado a otro felices.

—¡Mas te vale idiota!— soltó el cenizo con un sonrojo.

—¿Pero enserio, cuando aprendieron a cocinar? ¿Tan mala es mi comida?— Leo suspiro, se sentía dolido de alguna manera.

—¡No, no es eso!— el pecoso movía las manos de un lado a otro.

—¿Entonces?

—Encontramos trabajo— soltó el bicolor.

—¡Ah!

—...Que?

—¡Se supone era una sorpresa mitad-mitad!

—¿De verdad?

—Eh bueno... Uraraka-san nos ayudo un poco cuando dijimos que queríamos conseguir un trabajo, dijo que habia un nuevo restaurante y necesitaban meseros... asi que... ¿Leo estas llorando?

—¿Eh? que va, me entro polvo en los ojos, sigue.

—Bueno, dimos nuestros papeles ¡y nos aceptaron!... ¡Leo no te desmayes!

Rápido los tres hibridos se acercaron preocupado por el chico (ojos/color) que se habia caído al suelo.

—Chicos, los quiero tanto y estoy feliz por ustedes... pero enserio...

—¡Leo!— gritaron los tres.

—Ya necesitaba un pequeño descanso— cerro los ojos y los tres hibridos pudieron oír pequeños ronquidos saliendo de la boca de Leo, los tres dejaron salir un suspiro y sonrieron.

—Vaya dueño tenemos— pensaron los tres viendo a su querido chico durmiente.