Oh, mujer de la noche bendita.
Como pretendes que no me fije en ti,
Si tu piel destila deseo y ternura.
Me atrapaste en un abrir y cerrar de ojos,
Como quien está en búsqueda de fuego en un día de invierno.
Tu forma de pensar en serena y frentera,
Tus registros fotográficos son paisajes para ojos básicos que te ven con morbo, pero ante mis ojos eres la musa que mis letras buscaban con desesperación.
Tu forma de caminar es mejor que el recorrido del viento, pues al pasar deleitas a más de un mortal y lo dejas sin aliento.
Tu sonrisa es mejor que las obras de Da vinci,
Decoras la vida e iluminas más de dos o tres corazones.
¿Quién no se quedaría contigo si eres magia pura?, magia sin conocer, magia eterna que muy pocos ven, pero si te saben tocar bien, destilas la alegoría de miles de sirenas en modo de acogida.
Cualquiera se perdería en tu mirada, tan dulce, tan fugaz y llena de dudas. Esos ojos que matan con sólo el pestañear y que resucitan al tomar su forma pequeña con la plácida forma de tu alegría.
Tu labios encienden la llama de tomarte por el cuello y hacerte mía. Darte la vida, eso sería, mi mayor placer cada día.
