Mi cuerpo a tocado lienzos diferentes.
He dado de comer al hambriento y he suplido la necesidad del caído.Me duele la espalda de recordar los desamores y el corazón de volverlos a vivir. De volverlos a ver a los ojos y deleitarme con su amargura.
¡Ay de aquellos que se fijan en la mujer ajena! , esa que con dulzura y otra veces sin amor, esta acompañada de su perro fiel a quien le dan de comer. Los usan como tapete real y lo exhiben si pudor alguno como joyas, para luego desprenderse de ellos como etiqueta de ropa nueva.
Por eso te digo a tu viejo amor o más bien antigua amargura, vete por donde viniste. Devuelvete por el camino de los impíos y limpiate la podredumbre que aún está impregnada en ti.
No toques ni beses a nadie, porque puede que lo mates o lo engañes.