Quizás sea amor 🍃Sasusaku🍃

Capitulo 4

Estaba caminando por el campus de la escuela, dirigiéndome hacia la salida. Revise mi celular quería saber la hora, tal cual como percibieron mis ojos eran las siete y media,algo en mi se sentía bien, podría ir a ver a mi tía. Guarde mi celular y camine hacia la parada de los autobuses.

Me encontraba ya en ese lugar, pero algo llamo mi atención, era el chico arrogante de hace unas horas, tengo que admitirlo, es guapo, tiene lindos ojos a pesar que sean negros. Lleve una de mis manos hacia mi pecho.—¿pero que dices Sakura?, tú no eres así, contigo se comporto como un patan—.

Mis pensamientos aveces me podrían fallar, estando de acuerdo conmigo o no.

Los dos al parecer estábamos esperando el mismo camión. Mi mirada aveces lo veía de reojo.
Estaba parado así, sin ningún gesto,—¿que estará pensando?—. Me pregunte a mi misma, ya que su mirada de él veía el cielo, automáticamente quise hacer lo mismo y solo estábamos el y yo nadie más que nos pudieran molestar.

Al escuchar el ruido que provenía de uno de los camiones, mi rostro automáticamente giró, las puertas ya estaban abiertas. Me encamine hacia ellas, poniendo mi mano en la agarradera para subir.

—¡lo siento!—voltee rápidamente, había agarrado su mano por accidente.

—Hmp!—su única contestación, fue esa.

Me subí y rápidamente me senté en uno de los lugares vacíos.

Por la ventana veía la gente pasar, algunos riendo, otros estresados o serios como aquel imbecil que se encontraba atrás de mi.

Había llegado a mi destino,baje del transporte y caminé hacia la entrada, la mayoría de los doctores me conocían por mi tía y por mi abuelo. Mi tía Tsunade, es la fundadora de este hospital y que algún día será mío.

—hola buenas noches—salude.

Una enfermera se paró en seco le sonreí y ella al igual me devolvió la sonrisa.

—buenas noche—hizo una reverencia—su tía ya está en piso señorita. Puede usted pasar en la habitación doscientos noventa y nueve, segundo piso a la derecha.

—muchas gracias.

Me dispuse a seguir mi camino, estaba nerviosa, subí las escalera y busque con mi mirada el número del cuarto y así fue, apreté mi mano en forma de puño, quería llorar pero aguante mis lágrimas, suspire muy profundo y solté.

Abri la puerta despacio para ver qué era ella y efectivamente es mi tía. Se encontraba tranquila viendo la noche por la ventana una sonrisa se mostró en mi rostro.

—buenas noches— por la ventana, se figuraba su rostro viendo, cómo estaba estupefacta.

—¡Sakura!—volteó su rostro y unas cuantas lágrimas se asomaron en su rostro.

Aproxime mis pasos, alzando mis brazos para abrasarla. Y así fue, sentí sus manos en mi espalda. Me sentía bien al estar con ella.

—me alegro que todo esté bien Tia— me había separado de ella agarrando su rostro con ambas manos y bese su frente.

Me separé de ella, tomando asiento y dejando mi bolsa a un lado.

—oh,¡cierto!—acomode un mechón de mi cabello, llevándolo atrás de mi oreja. Me agache un poco donde se encontraba mi bolso y sacar un pequeño póster—es el póster de un día casa de té.— le sonríe y ella por igual—¿es bonito cierto?.

Mi tía solo asistió mostrando su bella sonrisa.

—Temari lo hizo, es buena hacinado estas cosas.

—¿y los preparativos?— me miro seria.

—van bien, no te preocupes— le acaricie su cabello.

—Gracias.— sabía que se estaba refiriendo por todo lo que sucedía.

—debería apurarse y recuperarse bien, para darme mis lecciones.— mis ambas manos tomaron la suya.

Ella solo asistió y me devolvió la sonrisa, pasaron las horas y ya era momento de irme, me despedí de ella dándole un beso en la frente e irme a mi casa.

Aproximada mente eran las ocho y cuarto de la noche, saque mis llaves y la introduje en la cerradura. Al abrirla me encontré a mi madre y a mi abuelo, parados—¿me habrán esperado, todo el día así?— cerré la puerta con cuidado.

—no pienses que te esperamos todo el día  e Sakura?— me cruce  de brazos y solo hizo una mueca alzando mis hombros.

—lo lamento— vi a ambos e hice una reverencia.

— ven,necesitamos hablar contigo.

Vi cómo ambos se iban de mi vista, esto a veces era algo como hostigamiento   para mi. Los seguí y dejé mi bolso en la silla y sentándome en otro lado.
Ambos nos mirábamos de frente, sentía algo extraño esto no era normal.

—Sakura, hable con tu padre y el está de acuerdo— eleve mi ceja— como sabes, fuimos a la casa de los Uchichas. Queremos unir nuestras empresas para no caer en barca rota.— me cruze de brazos y me tense— los tres, estamos de acuerdo de que te cases con el hijo mayor  de la familia Uchiha.

Mis músculos se tensaron , estaba impresionada por lo que decía mi madre— entonces,¿no podré tener una vida como quisiera?— me cruzó de brazos y plegar mi ceño.

—se que estás molesta Sakura pero es para el bien de los tres— comentó mi abuelo.

—¿así?, ¿para bien de los tres?, más bien querías decir, "para el bien de los dos"— sabía que estaba desafiando a mi madre.

— tienes el derecho de enojarte.

Chasquee con mi legua, volteando mi mirada para otro lado.

—¿saben algo?, no me arrepiento de mi familia, pero lo que me arrepiento y lo que me da asco es que sigan arreglando matrimonios en estos tiempos. Estamos en el siglo veintiuno y que cambien sus pensamientos— volte a ver a mi abuelo— y mas tú, deja de ser un completamente machista.

—¡Sakura!— mi madre se levantó, golpeando la mesa.

—siéntate, Mebuki— la vio de reojo, y  yo tenía un duelo de miradas con mi madre.

Seguía con la misma posición, sentí melancolía en estos momentos, quería gritar, llorar y también mandar todos  a una mierda.

—es difícil, lo sé Sakura— comentó mi abuelo— pero quiero que sepas que si para el bien tuyo. No serás pobre ni tampoco te abandonará tu esposo. Eres Hermosa hija y todo hombre te quiere tener, por tu belleza.

Sonreí de lado, sabía que era mentira... acabo de conocer a un patan hace unas horas y no se murió por mi belleza.

—¿y por lo menos lo conozco?— ambos me miraron y movieron su cabezaz.—perfecto— suspire y solté— no habrá casamiento, diles a tus sobrinas o a otra persona.— me levante y me dirigí hacia las escaleras, subí y abrí la puerta de mi Habitación.

Cerré con cuidado la puerta, un sollozo se escuchaba en mi habitación, no quiero casarme y menos con una persona que no conocía, me puse mi pijama y me acoste. Seguía con el llanto, hasta quedarme completamente dormida.

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