[1] DON'T PANIC

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ÉL

Corrí, solo corrí con la intención de dejar todo el dolor atrás. Ignoré las llamadas de mis amigos e hice mi mayor esfuerzo por no detenerme. Ya había pasado por crisis como estas antes, pero siempre procuraba pasarlas solo y no a la vista de todos. Este día fue la excepción y la gota que colmó el vaso de toda mi "estabilidad" que había estado tratando de mantener en pie. Viéndome ahora corriendo sin rumbo alguno, gastando todas las fuerzas que me quedan. Me siento tan lejano de la realidad, como si estuviera encerrado en una burbuja donde no existe el tiempo, las personas que rodean mi mente y mi entorno son solo entes irrelevantes en este momento.

Me detuve en seco y grité como nunca antes había gritado, sin preocuparme en destrozar mis cuerdas vocales. Lo necesitaba y no me importo en lo absoluto las miradas desconcertantes que me arrojaron los extraños que se encontraban caminando por la misma calle que yo. Restregué mis ojos llorosos con mis manos y exhalé ruidosamente.

-¿Y ahora qué? – Y como si el universo me estuviera escuchando por primera vez en la vida, me percaté de un puente a unos cuantos metros lejos de donde yo estaba y como si de un imán se tratara, instantáneamente al verlo me sentí atraído hacia él.

A paso vacilante me fui acercando más hasta las escaleras del puente y sin pensármelo, las subí mientras me dejaba llevar por los sonidos que los autos provocaban al pasar rápidamente. Finalmente estaba en la cima. Ahí mismo, reprimiendo lo mejor que podía mis lagrimas a la vez que observaba los camiones, motocicletas y camionetas pasar por la carretera. Estaba listo, mi momento por fin había llegado. Era la hora de dejar todo el dolor en el pasado y dejarme envolver por la paz, esa misma paz que tanto ansiaba y necesitaba sentir desde hace tanto tiempo, ya había llegado la hora de sentirla.

Pase saliva, preparado para lo que estaba a punto de pasar. De repente se me vino a la mente la cantidad de veces que había visto adolescentes como yo al borde de suicidarse, pero justo antes de hacerlo recordaban todas las cosas que habían vivido a lo largo de los años. Cerré los ojos y estúpidamente me detuve esperando tener un momento similar al que veía en las películas o series de televisión. Una parte de mi planeaba traer algún recuerdo que me hiciera replantearme lo que estaba a punto de hacer o mejor aún, que llegara repentinamente alguno de mis padres a suplicarme que no cometiera una locura, que me amaban y sus vidas no serían lo mismo sin mí. Pero como era de esperarse, mis deseos nuevamente fueron en vano y eso solo me dio el último empujón para decidir acabar con mi vida aquí mismo y ahora.

-Solo un salto. Un maldito salto y toda esta pesadilla acabara de una vez por todas...

Sostuve la barandilla del puente y cuando estaba por pasarla, el ruido de unos pasos rápidos y seguros invadieron mis oídos. Fue en ese momento que una chispa de esperanza se encendió en lo más profundo de mi ser y reprimiendo una sonrisa me gire esperando ver a mis padres, alguno de mis amigos o hasta algún jodido maestro que se haya percatado de mi repentina salida de la escuela, pero no. La persona dueña de los pasos que había escuchado no era nadie que yo conociera o hubiera visto alguna vez en mi vida, era simplemente una chica cualquiera que al igual que yo, llevaba puesto un uniforme escolar. Por un momento se me cruzo la idea de que tal vez ella me habría visto corriendo y gritando mientras me dirigía hasta el puente e intuyendo mis intenciones me había seguido para prevenir mi estupidez, pero al inspeccionar mucho mejor su rostro descarte esa idea. Estaba pálida y sus ojos estaban tremendamente rojos e hinchados, su cabello estaba todo despeinado y la ropa que traía puesta se encontraba media rota y descuidada. Volví a clavar mi vista en sus ojos y pude darme cuenta que pasaba consecutivamente su mirada de mi mano – que todavía continuaba sujetando la barandilla del puente – hacia mi rostro. Y con solo percatarme de eso, deduje al instante el por qué ella estaba aquí. No estaba para salvarme, ella venía a hacer lo mismo que yo.

Cold bridge Donde viven las historias. Descúbrelo ahora