[4] SPARKS

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ELLA

Cuando era niña y me ponía a llorar mi abuelita me contaba una historia, ella decía que una vez existió alguien que lloró tanto que entonces se le acabaron las lágrimas.

En su momento no entendía como esa historia callaría mis llantos, aunque quizás ella no tenia un motivo específico para contármela y solo buscaba distraerme, de igual modo lo que importaba es el sentido que le doy yo actualmente. El hecho que tus ojos se sequen  y te quedes sin lágrimas que dejar salir, es como tener un dolor estancado en el alma.

Recuerdo cada una de las noches en las que me quedé llorando y por qué. Cualquiera pensaría que esos recuerdos solo me causan tristeza y no me ayudan en nada, pero no es así, más bien me traen paz. Porque llorar no esta mal, llorar libera, pero hay que saber como no ahogarse en el mar de la libertad y eso estoy aprendiendo, a nadar en mi propio mar.

Reconozco que quizás tenga mis momentos de terquedad en los que quiera nadar contra corriente o horas en donde me quiera quedar flotando a la deriva, pero estaré bien, porque no me hace falta ser una sirena para nadar, yo salté sin saber, pero dispuesta a aprender a nadar.

Y deteniendo la grabadora de mi celular sonreí sabiendo que dormiría después de días tranquila. Continuaba sola y quizás el día de mañana sería prometedor o no, pero hoy ya tenía un punto a mi favor y en mi cabeza era lo único que importaba, haberle ganado a la negatividad por hoy, mañana sería otro día.

La irritante voz de mi hermana Casey me decía una y otra vez que me levantara y yo con cansancio terminé terminé por dirigirme al baño a lavarme la cara, que pesada podía era, si yo ya estaba por levantarme además no era tan tarde.

Salí del baño y observé a Leila, mi hermana mayor, todavía dormida, la muy suertuda todavía no entraba a trabajar. Mis ojos me pesaban y no habían señales de Casey, probablemente bajó a desayunar, lo que significa que puedo darme el lujo de dormir unos cinco minutos más...

Escuché como gritaron mi nombre mi mamá y Casey a la vez, llamándome entre una mezcla de desconsiderada e inconsciente, aunque la verdad aun continuaba media dormida. Entre llamadas de atención me alisté  y mientras intentaba aligerar el ambiente en lo que desayunaba deprisa, Casey se despedía de mamá saliendo refunfuñando de la casa junto con papá quien continuaba soñoliento. Finalmente tomé mi mochila mientras mi mamá como cada mañana me gritaba "MOCOSA DE MIERDA" y no se si era por la falta de sueño o costumbre, pero tras cerrar la puerta me reí recibiendo una curiosa mirada por parte de papá.

Ya estando en el asiento trasero volví a escuchar el audio que grabé anoche y así calmé el mal humor y las enormes ganas que se avecinaban por responder las malas indirectas de Casey. Por hoy quería paz y no se como la conseguiría, pero lo haría.

Durante las clases anduve distraída y ya que el recreo lo pasé sola me quedé escribiendo en mi libreta ya que no podía usar mi grabadora para desahogarme.

Terminé debatiendo conmigo misma sobre como hay veces en las que realizamos acciones que las personas a nuestro alrededor no pueden entender el por qué y por más que tratemos de explicarnos no llegamos a entendernos bien. Es en ese momento en el que te tiene que quedar claro que no puedes obligar a una persona a que comprenda las razones de todas las cosas que haces, pero si puedes pedirle que las acepte.

Aceptar las cosas tal y como son, es lo más comprensible que se puede hacer en mi parecer, pero tampoco podemos ser ciegos y olvidar que el mundo esta lleno de personas ignorantes. Las personas te juzgan por lo que haces haces, pero es porque simplemente no logran entender lo que es estar enfrentándose ante tantos cambios y lo único que necesitas es un control para detener el tiempo, tomarte un respiro, procesarlo todo y volver al caos que es la realidad.

Quiero ser una mejor persona. Una mejor amiga. Una mejor hija. Una mejor hermana. Quiero que las personas estén orgullosas de tenerme en sus vidas. Quiero sentirme que merezco no solo vivir sino estar en la vida de los demás, porque a pesar de tener defectos puedo soy realmente increíble. Quiero dejar de sentirme miserable, ya que puedo ser depresiva a veces, pero feliz siempre, porque así soy yo.

Después del receso pedí un permiso para ir a la psicóloga de la escuela y afortunadamente me lo dieron, mi sorpresa llegó cuando alcancé a escuchar una voz familiar tras la puerta a parte de la señorita Núñez.

-Mírate en el espejo y dime que es lo que es lo que ves.

-No me pida pida eso, por favor – Suplicó la voz conocida – No puedo hacerlo.

-¿Por qué no? Es una tarea muy fácil.

-No para mi. Ir, pararme frente al espejo y ver mi reflejo es...duro. Es muy duro verte a ti mismo y no ver nada que te guste. Sentirte inconforme con tu aspecto y usar todas tus fuerzas para ver si así de una vez puedas decir: esto me gusta de mi, pero no. Las cosas no funcionan así y todos tus intentos siempre son en vano, continuas teniéndote un asco profundo.

-Y aquí es cuando viene mi pregunta de nuevo, Casey, ¿Qué es lo que ves?

-Un extraño.

Me siento mal, pero no se a quien acudir, siento que cada uno debe resolver sus temas, pero yo soy demasiado patética. Es gratificante cuando sabes que alguien te necesita, dejas de sentirte inservible, pero no es mi caso. Tiendo a vomitar mis emociones porque son tan intensas que no me contengo las ganas de expresarme, pero después estoy vacía y no siento nada, me rayo como disco y ansío salirme de ese estado en el que estoy encantada.

Escuchar que mi hermana esta sufriendo y no prefiere acudir a la psicóloga de la escuela que a mi fue peor que los cólicos de la regla, pero al detenerme a pensar yo estaba a punto de hacer lo mismo. Casey tenía razón solo podíamos ver extraños en el espejo porque habitábamos entre extraños. Sin percatarme mi casa se estaba convirtiendo en un hotel y estaba priorizando más falsas amistades en lugar de centrarme en personas que permanecerían a mi lado aunque ni yo misma fuera capaz de amarme.

Quiero creer que estoy logrando grandes cosas al razonar, pero no me atrevo a admitirlo, porque la opinión ajena me hace falta, es fundamental para mi y afecta en mis futuros proyectos. Tal vez no sea sano, pero es la verdad. Quiero que estén orgullosos de mi y que no digan cosas como "lo hiciste bien" solo por compromiso o pena. No necesito eso. Me hace falta una oportunidad para demostrar de lo que soy capaz. Tal vez pueda provocar felicidad en alguien. Quiero aferrarme a ese pensamiento y pensar que algún día deje de ser el fan y me convierta en el ídolo de alguien.

Antes me sentía acoplada en un grupo, siendo una más y al sacarme del grupo fue como una desconexión y la afirmación que saco es que nada más estaba ahí por Melanie, porque quiero a esa mujer como a una hermana y la seguiría hasta el fin del mundo, pero he estado equivocada todo este tiempo. He querido a la hermana equivocada y debo priorizar a quien necesita una amiga ahora.

Amigo...esa persona que permanece a tu lado incondicionalmente porque disfruta tu forma de ser, la mejor definición de media naranja, ya que sin importar las circunstancias buscará hacerte razonar y no justificar tus acciones a la hora de encontrarte perdido.

Es tiempo de ser buena amiga.

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⏰ Última actualización: May 06, 2020 ⏰

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